El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) está estudiando la documentación de la fabricación de la vasija de Garoña, que fue realizada por la misma empresa del reactor Doel 3, que ha sido cerrado por el Gobierno belga ante la aparición de posibles fisuras. En cualquier caso, el CSN señaló que los defectos de Doel 3 «no afectarían potencialmente» a Garoña. Sin embargo, procedió a realizar el estudio, al igual que en la central de Cofrents (País Valencià).

En Garoña, la fabricación utilizada para su vasija fue similar a la usada en Doel 3, aunque según el CSN, «hay diferencias como el tamaño de la vasija, el espesor, las dimensiones, el número de piezas forjadas y el tipo de reactor, que es de agua en ebullición (BWR), que hacen que los defectos de la vasija del reactor de agua a presión (PWR) de Doel 3 no sean directamente extrapolables».

La Agencia Federal de Control Nuclear de Bélgica (FANC), tras detectarse indicaciones de defectos en la vasija de Doel 3 que podrían provenir de la fabricación, convocó el pasado día 16 a los reguladores nucleares de EEUU, Estado francés, Suiza, Suecia, Países Bajos, Alemania, Gran Bretaña y Estado español.

En la mayoría de estos países existen centrales nucleares en las que la empresa Rotterdam Droogdok Maatschappij, suministradora de Doel 3, también fabricó vasijas.

El CSN está analizando la información existente sobre la fabricación de las vasijas y los parámetros determinantes en la posible aparición de estos defectos, así como los resultados de las inspecciones efectuadas en las diferentes áreas de las vasijas de las centrales de Garoña y Cofrents.

Al igual que los reguladores del resto de estados, el CSN está a la espera de recibir datos más precisos del análisis, que según la FANC, estarán disponibles en las próximas semanas.

Fukushima

El accidente de Fukushima, en marzo de 2011, ya puso en cuestión la seguridad de la central de Garoña, ya que la japonesa es gemela de la burgalesa y ambas fueron puestas en marcha en 1971. Estaba previsto que Garoña se cerrase en 2013, pero el Gobierno español revocó esta decisión y mantendrá la central abierta tras esa fecha.

La mayoría social e institucional de Araba se ha manifestado en repetidas ocasiones en contra del mantenimiento de Garoña y ha reclamado su cierre.

Ecologistas en Acción, por su parte, destacó que el mantenimiento de Garoña no obedece a razones de «soberanía energética», ni contribuye a reducir el precio de la electricidad ni es necesario para garantizar el suministro eléctrico.

«La única verdadera motivación para la prolongación de la vida de Garoña es la de garantizar los beneficios económicos de Nuclenor, la empresa propietaria, participada al 50% por Endesa e Iberdrola», destacó Ecologistas en Acción, que alertó de la falta de seguridad de la central.