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Juan Mari Beldarrain Eguzkiren izenean

Illunbe: una decisión comprometida que merece ser respaldada

Lo que sí cabe exigir a los partidos es, y eso vale tanto para Bildu como para los demás, es que, después de lo acontecido en Illunbe durante estos años, no consientan que el Ayuntamiento siga contribuyendo a que se celebren corridas con recursos públicos

Confiábamos en que el gobierno municipal de Donostia cumpliese su palabra con respecto a las corridas de toros (nosotros, qué le vamos a hacer, somos de los que no se resignan a que la palabra «político» forme parte del mismo campo semántico que, por ejemplo, «mentiroso», «falaz», «engañoso», «falsario», «felón» o «desleal»), pero reconocemos que no esperábamos que el alcalde se expresase en términos tan francos como los que ha empleado: «Hacemos nuestro al 100% el discurso antitaurino de que la tortura de animales no puede ser un espectáculo público». Una declaración impecable que, entre otras muchas, tiene la virtud de suponer una inyección de credibilidad para proyectos como el de la capitalidad cultural 2016, salvo que este no se entienda sino como una colección de eventos más o menos lucidos enmarcados en una campaña de marketing.

Y, envolviendo esa declaración, un argumento que trasciende al debate «toros sí, toros no»: que las instituciones públicas y, en este caso concreto el Ayuntamiento, no tienen por qué seguir destinando recursos públicos a las corridas, y menos aun con la que está cayendo.

Por tanto, esta decisión, muy comprometida tanto en el fondo como en las formas, merece nuestro más sincero reconocimiento, y el gobierno municipal sabe por experiencia que no somos precisamente de aplauso fácil. Veremos lo que sucede, pero en este camino nos tendrá a su lado.

Ante el anuncio de Izagirre, PP y PSOE han reaccionado defendiendo la continuidad de las corridas, basándose, curiosamente, en un argumento falaz: que no le cuestan un duro al Ayuntamiento. El PP y el PSOE preferirían que nuestra memoria, como la de los peces, no se remontara en el tiempo más allá de cuatro segundos. Afortunadamente no es así y, gracias a ello, no dejaremos de insistir en que Illunbe (aquella plaza que no iba a costar un duro a los donostiarras, ¿lo recuerdan?) es en realidad fruto de una extorsión millonaria al conjunto de la ciudadanía. Incluso en el caso de que los próximos años no haya corridas, de algún modo seguiremos pagando las celebradas hasta ahora.

El PSOE, que, en la medida en que ha ocupado la Alcaldía durante todos estos años es el principal responsable de la gestión desastrosa, además de ilegal, que tanto dinero ha costado a las arcas públicas, debería tener el sentido común de ser más discreto. Si son partidarios de las corridas hasta el punto de que creen que, incluso con la que está cayendo, deben destinarse a ellas recursos públicos, que tengan la gallardía de decirlo, sin escudarse en falaces argumentos económicos.

Tampoco el PP necesita hacerlo, pues es bien sabido que considera las corridas como parte de las esencias patrias, hasta el punto de haberlas declarado bien cultural, entre otras cosas, para justificar las ingentes ayudas que el sector recibe de las distintas administraciones en el conjunto del Estado y que, dicho sea de paso, el Gobierno de Rajoy ya ha anunciado que se dispone a incrementar. Es lógico, pues desde antiguo se conoce que existe una relación inversamente proporcional entre el pan y el circo y, puesto que el PP está endureciendo cada vez más el acceso al pan, es natural que trate de mantener el circo cueste lo que cueste.

¿Y el PNV? Aunque sus declaraciones tienen lo suyo, por ahora vamos a limitarnos a decir que nos han parecido discretas. Ya en marzo pasado, cuando se conoció la sentencia que obligaba al Ayuntamiento a hacer una provisión de hasta ocho millones de euros para pagar posibles indemnizaciones a antiguos socios de Illunbe, Eneko Goia dijo unas palabras en las que creímos ver un esbozo de autocrítica por la responsabilidad de su partido en todo lo relacionado con esta plaza que no iba a costar un duro a los donostiarras. Ya nos imaginamos el vértigo que le da al PNV aparecer no ya formando «frente», sino simplemente junto a Bildu en un asunto tan mediático como este, en el que la caverna va a hacer uso de todo su arsenal. Pero, en nuestra ingenuidad, y hasta que no se demuestre lo contrario, vamos a seguir creyendo que aquellas palabras de Goia eran sinceras y no un mero recurso para salir del paso.

En realidad, a nosotros nos tiene sin cuidado que los partidos se declaren expresamente protaurinos o antitaurinos. Lo que sí cabe exigirles, y eso vale tanto para Bildu como para los demás, es que, después de lo acontecido en Illunbe durante estos años, no consientan que el Ayuntamiento siga contribuyendo a que se celebren corridas con recursos públicos. Es preciso que cambien de chip, aunque solo sea por higiene democrática, como se dice en el lenguaje político al uso, o por sentido común o, si lo prefieren incluso, por pura vergüenza torera.

Pero, con independencia de las opciones de los partidos, hacemos un llamamiento a los donostiarras para que defiendan tanto individual como colectivamente en todos los foros la decisión municipal, que no sólo es legítima y está perfectamente fundamentada, sino que no nos cabe duda de que se encuentra en plena sintonía con la sensibilidad y desde luego los intereses del conjunto de la ciudadanía. Es bien sabido que, con demasiada frecuencia, la opinión publicada no busca sino ahogar a la opinión pública

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