El Ibex logró ayer terminar al alza, después de protagonizar un cambio de dirección a falta de hora y media. En la semana ha acumulado una caída del 3,32% y eleva su pérdida anual hasta el 14,66%. Y es que, pese a la subida de ayer, se sigue bajo la sospecha de una salida de Grecia de la eurozona, ya que la llamada de socorro del primer ministro Antonis Samaras para alargar el plazo del cumplimiento del déficit podría encontrar oídos sordos en Alemania. Además, tal como sucedió ayer, los interrogantes sobre el nuevo rescate al Estado español, dirigido ahora a sustentar su financiación, no dejan de crecer. Por el momento, todo parece depender de lo que suceda en septiembre, cuando se hagan públicas las intenciones del BCE y del propio gobierno de Madrid, así como el resultado final de las auditorías pormenorizadas de los bancos. Este cóctel de dudas ha ayudado a la prima de riesgo en su vuelta a los 500 puntos básicos y ha frenado la euforia derivada de una supuesta benévola asistencia financiera al Estado español por parte de Bruselas. Al cierre, el Ibex se apuntó un 0,38%, hasta los 7.310,30 puntos. En París y Londres los índices no se despegaron de la línea de salida, mientras que Fráncfort subía un 0,31%. En el Ibex, despuntó Sabadell al anotarse un 13,38%. Por detrás, ACS y Mediaset sumaron un 3,93% y un 2,42%, respectivamente. Inditex (+1,21%) fue el mejor entre los pesos pesados. En el lado de las caídas, Bankia (-5,33%) sufrió el peor balance. En París, Peugeot (-4,39%) y Cap Gemini (-2,66%) lideraron los números rojos, frente a Carrefour (+1,55%), el mejor de la sesión.