Los cancilleres de la Organización de Estados Americanos (OEA) insistieron ayer en que el respeto a la inviolabilidad de las sedes diplomáticas es algo que no puede supeditarse a leyes internas e instó al diálogo entre los gobiernos de Ecuador y Gran Bretaña para resolver sus diferencias por el «caso Assange».

La OEA acordó por consenso, tras una reunión de más de cinco horas, una resolución en la que se pide a todos sus estados miembros el obligatorio respeto de las legaciones diplomáticas, apoyando de esta forma al Gobierno de Ecuador, que fue amenazado por Londres de una entrada por la fuerza en su Embajada de la capital británica para detener y extraditar a Suecia al fundador de Wikileaks, Julian Assange, refugiado desde hace más de dos meses en esa sede y a quien Quito concedió asilo diplomático la semana pasada.

En una reunión especial realizada en Perú, los cancilleres del organismo expresaron que la inviolabilidad de las sedes consulares, tal como lo expresa la Convención de Viena, es uno de los principios fundamentales para mantener las buenas relaciones diplomáticas.

Nicaragua, Venezuela, Uruguay, Argentina y Bolivia condenaron enérgicamente las amenazas de Londres y expresaron su «decidido apoyo» a Ecuador ante cualquier agresión por parte de Gran Bretaña.

Estados Unidos, por su parte, consideró que hay «garantías» de que no existe la amenaza por parte de Gran Bretaña que Quito denunció.

El documento se aprobó sin que se produjera una votación y con las únicas reservas de Estados Unidos y Canadá, que agregaron una nota al pie de la resolución para expresar su posición.