Eneko Urliaga Licenciado en Ciencias Políticas
Elecciones y hoja de ruta
Propongan lo que propongan los candidatos a estas nuevas elecciones, y siempre que sea algo digno de novedad de cara a la emancipación de nuestra nación, deben presentar una «hoja de ruta»
A los ciudadanos de la CAV nos acaban de convocar a elecciones para el próximo 21 de octubre. El baranda Patxi ha llegado a la extenuación de sus plazos y posibilidades y ha convocado a vascos y vascas de Euskadi para que elijan un nuevo parlamento y gobierno de la Comunidad Autónoma.
Todo el mundo ha acogido con una alegría no disimulada el fin de una etapa desastrosa, que quiso ser la de la «reespañolización» de Euskadi y a la que, desde el punto de vista simbólico, intentó aportar su estilo y su gracia. No hay más que recordar su juego metereológico de mapas, saturación de propaganda, poesía en los discursos, música de oboe y discoteca, política lingüística y mandangas parecidas.
Ahora ya tenemos en marcha toda la maquinaria de los partidos, excitados, con las bielas disparadas ante la convocatoria. El asunto se plantea interesante. Parece que Patxi y Basagoiti lo tienen crudo. Que se vaticina ganador un abertzale. La disputa hegemónica se desplaza, pues, al mundo vasco. ¿PNV?, ¿Bildu? ¿Quién se llevará el gato al agua? ¿Con qué margen? ¿Con qué pactos lograrán gobernar Euskadi? ¿Para hacer qué?
Para quienes aspiramos, sin margen de duda, a la independencia, a la constitución de nuestro país en un Estado independiente dentro de Europa, nos resultaría de gran interés conocer, antes de emitir nuestro voto, o de no emitirlo en absoluto, varias cuestiones. Son las que con candor, claridad y honestidad planteo a continuación a su candidato a lehendakari:
1. El partido vasco que Vd. representa, ¿defiende realmente la independencia, constitución en estado independiente, del País Vasco dentro de la Unión Europea?
2. Si la respuesta a la anterior pregunta es positiva, la siguiente sería: ¿qué medios va a promover para llevar este proyecto a efecto? Se trata sencillamente de que el futuro posible elector conozca la «hoja de ruta» que tiene prevista su partido a ese fin y pueda juzgar sobre su viabilidad y posibilidades de éxito.
3. El no presentar una «hoja de ruta» viable equivale, en mi opinión, a vender humo. Es decir, a no defender en realidad la constitución de nuestro país como estado independiente.
4. Si la respuesta a la primera pregunta ha sido dubitativa, o no suficientemente contundente, les haría otra pregunta: ¿qué futuro plantean para Vasconia en el siglo XXI?
5. Una de las opciones definidas hasta el presente sería decir que aspiran a una especie de «estado libre asociado a España», en la línea de lo que se conoció como «Plan Ibarretxe».
6. Caso de respuesta afirmativa, les remitiría al punto 2, repitiendo hasta el 3 incluido. Con la circunstancia en este caso del fracaso, cantado, del plan de aquel lehendakari que fue al Congreso de los Diputados de España como el profeta Daniel al foso de los leones.
7. Otra alternativa consistiría en afirmar que vamos a seguir como hasta ahora, es decir, gestionando una comunidad autónoma española como cualquier otra y continuar «gozando» de los privilegios correspondientes otorgados por su Administración. Aunque estos vayan de capa caída. Esta perspectiva es despreciable a los ojos de cualquier persona que desee de veras la emancipación vasca.
8.- Una hipótesis añadida sería que propusieran algo «nuevo», inesperado, por ahora desconocido por los vascos mortales. Sería imprescindible para votar con conocimiento de causa que nos dijeran en qué puede consistir esa «novedad» y que, asimismo, nos explicaran una «hoja de ruta» de cómo lograrlo. Vuelta a los pasos 2 y 3.
En resumen, que propongan lo que propongan los candidatos a estas nuevas elecciones, y siempre que sea algo digno de novedad de cara a la emancipación de nuestra nación, deben presentar una «hoja de ruta». Si no presentan nada, es posible que la mejor opción sea «votar con los pies» y no aparecer el 21 de octubre por ninguna urna.