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VUELTA Décima etapa

Degenkolb ya tiene el póker

El alemán se ha adjudicado todas las llegadas al sprint de la carrera, que mantiene a «Purito» Rodríguez en lo alto de la clasificación.

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Amaia U. LASAGABASTER

Justo cuando la mayoría del personal se prepara para hacer frente a la depresión postvacacional, es probable que haya unos cuantos pensando en tumbonas y playas de arena blanca, o en arroyos junto a verdes praderas, en cualquier lugar alejado del asfalto. Que nadie se extrañe si se encuentra hoy a los Swift, Bennati, Bouhanni y compañía haciendo las maletas, hartos de repetir una y otra vez la misma estampa en las fotografías que acompañan las crónicas de la Vuelta: manotazo de rabia al manillar, mientras John Degenkolb levanta los brazos.

Porque no hay quien pueda con el alemán. Cuatro etapas al sprint, cuatro victorias para el joven velocista del Argos Shimano, al que no le importan lo más mínimo las características del sprint y el nombre de sus rivales. Pique hacia arriba, controle un equipo u otro, esté precedido por una rotonda o culmine una larguísima recta, el resultado no varía. Y tampoco cambia si se oculta antes del zarpazo final, si una docena de ojos se fijan en su dorsal, si Bouhanni se fija a su rueda, si es Bennati el que lo hace o si le toca remontar a él. Pase lo que pase, el ganador es este alemán, que apunta buenas maneras desde su debut -el año pasado ya logró victorias en Dauphiné o Baviera, este año se las ha apuntado en Dunkerque y también ha estado con los mejores en, sin ir más lejos, la Milaán-San Remo-, pero que ha explotado definitivamente en esta Vuelta, en la que lleva camino de batir récords. Baste decir que Peter Sagan y Mark Cavendish se tuvieron que `conformar' con tres victorias por cabeza en las dos últimas ediciones de la ronda española. Hasta las cuatro llegó André Greipel en 2009, una cifra que, en la última década, solo ha superado Alessandro Petacchi, con el repóker de 2005 -tras haber repartido otros ocho triunfos entre las dos ediciones previas, casi nada-.

Visto su estado de forma, el buen funcionamiento de su equipo y la moral de uno y otros, no sería de extrañar que Degenkolb igualara la marca del italiano, aunque esta Vuelta no le ofrezca ya demasiadas oportunidades. Al resto de velocistas no le queda sino pensar que el que la sigue, la consigue.

La película

Que es también en lo que habrá que confiar en el caso de Javier Aramendia, presente de nuevo en la fuga de la jornada. Los 189 kilómetros entre Ponteareas y Sanxenxo, con unos cuantos grados menos que en jornadas anteriores y un paisaje típicamente gallego, por mucho que la llegada fuera idónea para el sprint, invitaban a probar fortuna. Tampoco es que necesite excusas el de Caja Rural, que con la de ayer alcanza las cinco escapadas -en apenas diez etapas- y acumula 589 kilómetros por delante del pelotón.

Ayer saltó junto a Adrián Palomares -el ciclista del Andalucía ya se llevó el premio al corredor más combativo de la pasada edición- bajo la misma pancarta del kilómetro cero. Rozaron los siete minutos de ventaja, pero el pelotón no dio el visto bueno y a casi cuarenta kilómetros de meta acababa su aventura.

Que no la de la jornada porque en cabeza se marcó un ritmo infernal, sobre todo de la mano de Sky, lo que provocó muchos nervios y algunos cortes en el pelotón. Los hombres fuertes de la general y los candidatos al triunfo de etapa aguantaron en el principal para presenciar la cuarta victoria de Degenkolb. Esta vez en un sprint larguísimo, en el que pareció que se iba a quedar sin fuerzas ante la remontada de Bouhanni. Pero el alemán no anda falto de gasolina y la fotografía se volvió a repetir.

ARAMENDIA

Diez etapas y ya son cinco las ocasiones en las que el corredor de Caja Rural se ha marchado del pelotón. Con la de ayer, el navarro acumula casi 600 kilómetros en fuga.

SUFRIMIENTO

Juanjo Cobo sigue sufriendo. El vencedor de la última edición fue uno de los damnificados por el fortísimo ritmo que marcó el pelotón en los últimos kilómetros y se dejó casi tres minutos en meta.

La primera etapa decisiva se presenta llena de interrogantes

Con diferencias todavía exiguas, la contrarreloj -39,1 kilómetros-, única de esta edición, debería marcar hoy posiciones más fiables.

Que nadie se atreve a augurar. Chris Froome parece partir como favorito tras su gran temporada contra el crono -segundo en las dos largas del Tour, tercero en los Juegos-, pero puede empezar a acusar el cansancio tras disputar la ronda gala. Lo mismo sucede con Alejandro Valverde, que además no es un especialista. Sí lo es Alberto Contador, pero lleva un año sin competir. E incluso el menos dotado, Purito, asegura que la crono, con un puerto con bajada peligrosa, no le va mal. GARA

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