El presidente español, Mariano Rajoy, sigue mareando la perdiz sobre el probable rescate global de la economía española al tiempo que enfila unas jornadas decisivas para las cuentas de Madrid. «Todavía no he tomado una decisión» y «haré lo que más convenga a los españoles», constituyen sus dos mensajes claves. No se ha salido de ahí desde su comparecencia a finales de julio. Tampoco lo hizo ayer durante la rueda de prensa que siguió a su encuentro con Herman Van Rompuy, presidente del Consejo Europeo. Lo que sí que negó fueron las informaciones que apuntaban a que Madrid ya estaba dialogando con sus socios comunitarios sobre las condiciones de una intervención global. «No hay negociación porque el Gobierno no ha hecho ninguna petición. No se está negociando nada, no hay nada», afirmó. De todos modos, tampoco sería la primera ocasión en la que Moncloa rechaza haber realizado algún movimiento para tener que asumirlo semanas después.

«Corresponde al Estado español realizar la solicitud», recordó Van Rompuy, quien se sumó a las palabras de Rajoy que rechazaban las negociaciones al tiempo que alababa el programa de recortes iniciado por el Gabinete de Rajoy. «Es valiente y ambicioso», destacó. Ambos mandatarios asumieron que la política de desmantelamiento del Estado del Bienestar impuesta desde Bruselas y asumida por Madrid «no gusta a los ciudadanos» pero concluyeron que es la única alternativa ante la crisis que padece el Estado.

El futuro del euro y el proceso de integración fiscal y bancaria comunitario fueron dos de los grandes temas sobre la mesa en el encuentro entre Rajoy y Van Rompuy. Sobre la primera cuestión, ambos coincidieron en garantizar la continuidad de la unión monetaria, haciendo especial hincapié en su esperanza de que Grecia siga dentro de Europa. «Que se fuese del euro sería un fracaso colectivo que no podemos permitirnos», afirmó el presidente español. Sobre la segunda, Van Rompuy afirmó que Europa hará propuestas concretas «en setiembre».

Hollande y Merkel

Sin despejar la incertidumbre sobre el rescate global del Estado español, Rajoy inició ayer unas semanas clave para que se despeje el futuro económico de Madrid. En su agenda, distintos encuentros con líderes comunitarios que desarrollarán en paralelo con citas clave para la supervivencia de la eurozona. Para finales de setiembre o principios de octubre, las incógnitas sobre si Madrid terminará solicitando una intervención completa podrían ser resueltas.

La agenda diplomática de Rajoy se inició ayer con Van Rompuy y seguirá mañana en Moncloa, cuando el presidente español reciba al primer ministro francés, Fraçois Hollande. Sobre la mesa, determinar la agenda de una futura cumbre franco-española que tendrá lugar el 10 de octubre en un lugar todavía por fijar del Estado galo.

Finlandia y Ecofin

El jueves día 6 de setiembre será una nueva jornada clave con dos reuniones determinantes. Por un lado, Merkel visitará Madrid acompañada por un grupo de empresarios germanos. A nadie se le escapa que el rescate del Estado español será uno de los puntos a tratar. Al mismo tiempo tendrá lugar el encuentro de la Comisión Ejecutiva del Banco Central Europeo. En esta reunión, los responsables del ente financiero comunitario debatirán sobre la posible intervención en el mercado de deuda europea para aliviar las primas de riesgo de estados como el español o Italia. Lo que decidan los responsables del banco central tendrá mucha influencia en la situación de Madrid, ya que Rajoy lleva semanas vinculando su decisión a la postura que adopte el BCE ante la deuda.

Cinco días más tarde, el presidente español se encontrará con su homólogo finés, Jyrki Katainen, uno de los más reticentes a que Europa preste todavía más dinero al Estado español. Entre esta reunión y la celebrada con Angela Merkel, Rajoy podría pactar nuevas condiciones para un rescate completo. Una intervención que podría ultimarse en la reunión del Ecofin (los responsables de finanzas de la unión) que tendrá lugar en Chipre los días 14 y 15 de setiembre.