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El IPC se dispara al 2,7% y aumenta el temor a los efectos de una estanflación

El encarecimiento de los carburantes ha disparado la inflación de agosto en cinco décimas, hasta el 2,7%, una subida inesperada en un escenario de recesión, lo que acrecienta el temor a los efectos de una estanflación (inflación sin crecimiento): menos consumo, más paro y más pobreza.

Joseba SALBADOR | DONOSTIA

Se esperaba una subida de una o dos décimas, pero finalmente, la inflación se ha disparado cinco, hasta el 2,7%, según el indicador adelantado del índice de precios de consumo (IPC) publicado ayer por el INE. De confirmarse este dato el próximo 12 de setiembre, se trataría del mayor incremento en los precios desde marzo de 2010, cuando el IPC pasó del 0,8% al 1,4%.

El principal causante de este repunte es el encarecimiento de de los carburantes, que este mes de agosto han alcanzado máximos históricos. En un solo mes, el precio de la gasolina en el Estado español se ha revalorizado un 5,76% y el del gasóleo un 4,15%, mientras que frente a agosto del año pasado el precio se ha incrementado un 11,5% y un 11,3%, respectivamente.

Los expertos no se explican la escalada de los precios de los carburantes en un entorno de recesión económica mundial, por lo que solo queda atribuirlo a la especulación en los mercados del crudo.

Sea de una forma o de otra, lo cierto es que el incremento de las tensiones sobre los precios no se debe a una aceleración de la economía y del consumo, sino que se produce en un escenario de recesión económica, lo que se conoce técnicamente como estanflación (estancamiento más inflación), uno de los peores escenarios posibles por la dificultad de su manejo y corrección.

Y es que esta combinación incrementará la pérdida de poder adquisitivo de las familias, con lo que el consumo se retraerá aún más y ello terminará repercutiendo en el paro y la pobreza.

Se trata, pues, de un círculo vicioso del que es difícil salir, aunque algunos expertos consideran que el repunte de la inflación es coyuntural, debido al encarecimiento de los carburantes y las subidas de impuestos, y que en un futuro la tendencia debería ser a la relajación.

Hasta el 3,5%

No obstante, mañana mismo entra en vigor la subida del IVA decretada por el Gobierno español, lo que, además de suponer un nuevo golpe al consumo, no contribuirá precisamente a relajar las tensiones inflacionistas.

Este incremento del tipo impositivo hará que la inflación interanual pudiera terminar el año en tasas de entre el 3% y el 3,5%. Según avanzan algunos expertos, la mayor repercusión se producirá este mes de setiembre, lo que supondría unas cinco décimas más en la tasa de inflación interanual, mientras que las otras tres décimas se asumirían más progresivamente, entre los meses de octubre y noviembre.

A LA ESPERA DEL IVA

Al efecto de los carburantes sobre el IPC habrá que añadir el impacto que tendrá el alza del IVA a partir de mañana y que hará que la inflación interanual pudiera terminar el año en tasas de entre el 3% y el 3,5%.

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