Martxelo Díaz | Periodista
Por si acaso, la derribamos
El alcalde de Iruñea, Enrique Maya, le ha cogido más gusto a la excavadora que su antecesor Alfredo Jaime. Día tras día, ha enviado las máquinas a destrozar las huertas de Arantzadi con el objetivo de crear un parque temático que explique el funcionamiento de esas mismas huertas que han destrozado las excavadoras.
Describirlo es confuso, pero explicar los motivos por los que se lleva a cabo una operación de este tipo, más allá de recurrir al manido argumento de que existe una subvención europea que si no se usa se pierde, resulta casi imposible.
Pero UPN, con Maya a la cabeza en este caso, siempre es capaz de sorprendernos, de dar una vuelta de tuerca a sus políticas de hormigón. El nuevo escenario, la vieja cárcel de Iruñea, en el barrio de Donibane. Tras la construcción de la nueva macroprisión en la colina de Soltxate (polémica por la política penitenciaria masificada que representa y el destrozo medioambiental que supuso), la vieja cárcel de Donibane se quedó vacía. El Ayuntamiento de Iruñea se encontró con un solar en una zona apetecible que ofrecía muchas posibilidades.
Tantas posibilidades que todavía no se habían decantado por ninguna. Maya, arquitecto de profesión, ha optado por la directa, por la vía de la excavadora. Aún no se sabe para qué demontres servirá el solar de la vieja cárcel, pero por si acaso la derribamos. Da igual que haya un manifiesto de cien personas vinculadas a distintos ámbitos del arte y la cultura que pedían que, al no haber ninguna clase de urgencia, se mantuviera el edificio en pie. «Es preferible pensar diez veces cuando hay tiempo, que lamentarlo una sola vez cuando ya no hay vuelta de hoja», destacaba este centenar de personas. Pues ya no hay vuelta de hoja. Solo escombros. El Ayuntamiento citó a los medios de comunicación un martes por la mañana para que acudieran a la vieja cárcel al mediodía. Unas tomas de televisión y unas fotografías en los diarios. Es todo lo que ha podido ver la ciudadanía de Iruñea de una cárcel fundada hace más de cien años y en la que, por ejemplo, se encerró a decenas de insumisos. Parte de la historia convertida en ruinas. Otra vez.