Dantzaz, una plataforma para crear empleo que baila sobre los recortes
Pese a que, en sus siete años de vida, ha hecho giras internacionales, ha creado público en las escuelas y ha «colocado» en el mercado de la danza a 39 bailarines, Dantzaz sigue siendo una gran desconocida. Con un recorte considerable de su presupuesto (un 50 por ciento menos en las ayudas de Lakua), inicia nueva etapa con su nuevo director.
Amaia EREÑAGA | DONOSTIA
Como escondido entre la cárcel de Martutene y el río Urumea, que casi se lo llevó por delante en las inundaciones del pasado año, el centro de arte y cultura contemporánea Arteleku es un lugar donde continuamente se está creando en diferentes disciplinas. Esta especie de factoría cultural acoge también a lo que también podría definirse como una «fábrica» de danza, Dantzagunea: un proyecto de la Diputación de Gipuzkoa que busca impulsar al sector de la danza ofreciéndole medios (tres salas de ensayos y mediateca, entre otros) y que cuenta con compañías residentes. Una de ellas es Dantzaz, una compañía de danza... que no lo es, en realidad. No es, al menos, solo eso.
La presentación de la nueva temporada sirvió ayer como presentación a los medios de Fernando Sáenz de Ugarte, el nuevo director de Dantzaz. Con larga trayectoria en la programación -en su última etapa fue coordinador del auditorio Barañain-, Sáenz de Ugarte reconoció que, en épocas de crisis, las fronteras entre un programador y un gestor se diluyen. Por eso, abogó por la transversalidad, algo que buscan inculcar a los miembros de Dantzaz, dándoles «píldoras» en forma de enseñanza sobre todo lo relativo al proceso de producción de un espectáculo, desde cómo se hacen las contrataciones a cómo se factura un vestuario.
En lo que se refiere al propio Dantzaz, Sáenz de Ugarte apuntó lo que se podría vislumbrar como su reto en esta etapa que acaba de empezar: «Estamos haciendo grandes esfuerzos previendo -dijo- que con el tiempo vamos a depender más de nosotros mismos que de las instituciones». De hecho, Dantzaz cuenta este año con un presupuesto de 370.000 euros, cuyo 60 % es aportado por las instituciones: 120.000 por la Diputación de Gipuzkoa y 75.000 por el Gobierno de Gasteiz. La ayuda foral no ha variado, al menos de momento, pero sí la de Lakua, que se ha reducido nada menos que al 50 %. Dantzaz sigue recibiendo una subvención nominativa -es decir, no tiene que concurrir anualmente para pedir ayudas-, pero esta es sustancialmente menor que años anteriores, aunque Mikel Toral, director de Promoción de la Cultura del Departamento de Cultura, quiso explicar que «si se lanzase una mirada al conjunto de la danza» se vería que las subvenciones han aumentado, «se han equilibrado con la inclusión de más agentes». Toral citó las ayudas concedidas a compañías profesionales como Kukai o a salas como La Fundición.
Pero Dantzaz es más: es «una plataforma para el primer empleo en el mundo de la danza», como apuntó su director. Centrada en Euskal Herria, pero con la mirada puesta en Europa, forma a jóvenes bailarines procedentes de todo el mundo, que, a su vez, engrosan la compañía profesional Dantzaz, que abandonan en cuanto encuentran trabajo en otras compañías. Lo hacen con el nombre de Dantzaz en su curriculum. Casi un 90 por ciento encuentra trabajo, dato nada desdeñable. También se realiza una labor pedagógica con sus actuaciones y talleres en colegios y salas de Euskal Herria, además de las giras.
Este mes arranca su nueva temporada, con diez bailarines, de momento, y una novedad: Mugi, la «cédula de alto rendimiento» destinada a bailarines vascos de más de 16 años -o que hayan vivido aquí más de 6 años-. Hay cuatro plazas, de las que se han cubierto las de las dos chicas. Andan a la búsqueda de dos chicos más.
La ayuda de Lakua a Dantzaz se ha reducido este año un 50%. Que se dijera públicamente no sentó demasiado bien a Mikel Toral, director Promoción de la Cultura del Gobierno de Gasteiz.
Los datos: han pasado por Dantzaz 57 bailarines, de los 45 han salido de la misma (39 están trabajando en otras compañías) y 12 continúan en la plataforma.