Juegos Paralímpicos | Natación
Richard Oribe adorna su palmarés con otra plata
El donostiarra fue segundo, por detrás del mexicano Sánchez en 100 libres.
Jon ORMAZABAL
El viernes pasado se le escapó la oportunidad en los 50 libres, fue cuarto, pero Richard Oribe no desaprovechó su participación en los 100 para sumar con una nueva plata su decimoquinta medalla parlímpica, con la que adorna el mejor palmarés de un nadador afectado de parálisis cerebral. Otras 18 medallas en los Mundiales y 48 récords mundiales completan una trayectoria impresionante que ya comienza a generar solicitudes para que el deportista donostiarra sea galardonado con el próximo Tambor de Oro.
Después de su mejor tercer tiempo en las clasificatorias de la mañana, las opciones de medalla de Oribe eran reales e incluso pudo haberse calado el oro, ya que comenzó muy fuerte la final y fue el primero en completar el primer largo. No obstante, el joven nadador mexicano Gustavo Sánchez Martínez lo superó en el largo de vuelta para imponerse con un tiempo de 1:24.28 -récord de América- por 1:25.33 de Oribe. El podio lo completó el francés Smetanne.
El sábado, el donostiarra tendrá la opción de sumar su decimosexta medalla, ya que participará en los 200 metros.
Oroza, perjudicado
En condiciones normales, Aitor Oroza debió haberse colgado la medalla de bronce en la contrarreloj de la clase 1 de la modalidad masculina de ciclismo en triciclos, ya que suyo fue el tercer mejor tiempo de todos los de su categoría en la carrera celebrada ayer en el mítico circuito de Brand Hatch.
Sin embargo, las normas del Comité paralímpico resultan muchas veces paradójicas y lo que debería ser su misión -garantizar la igualdad de oportunidades en la competición-, se abandona, dicen, para no generar confusión en el público con pruebas delimitadas a cada grado de discapacidad y con una inflación de medallas a repartir en los Juegos.
Oroza debería haber competido en una prueba reservada a su grado de discapacidad (T1) y a su género; sin embargo, lo tuvo que hacer en una carrera abierta a otros deportistas con mucha menor discapacidad funcional (T2), por mor de una norma que se aplica solo en los Juegos y que junta en la competición a todas las categorías, otorgando unos valores de compensación que tienen más de arbitrariedad que de lógica científica.
Si no hubiera sido así, la crónica ahora versaría sobre el tercer puesto conseguido por el bilbaino, sobre cómo estuvo muchos de los 20 minutos y 55 segundos que le llevó completar el kilométrico de la prueba con la medalla de plata en el cuello y que solo un mejor final del croata Alovic le impidió subirse al cajón. Saludaríamos, también la victoria del francés Aubaje y reseñaríamos como en T1 femenina se había impuesto la canadiense Shelley Gautier.
Sin embargo, esta crónica tiene que decir que el vizcaino se quedó lejos de las posiciones de pódium, que se clasificó en decimoquinta posición, que la vencedora de la carrera fue la australiana Carol Cooke y que en el pódium la acompañaron el alemán Hans Peter Durst y el británico David Stone.
En todo caso, y, como Oroza reconocía, él se había vaciado en la prueba, dando de sí todo lo que llevaba dentro y, por tanto, se mostró satisfecho por su actuación. Mañana correrá la prueba de fondo, pero sin tan siquiera compensación de tiempos, sabe de antemano que todo lo que puede hacer es competir contra los deportistas de su clase, olvidándose del podio.
Asier García, sin medalla
En baloncesto de silla de ruedas, la selección española nada pudo hacer contra la potentísima Canadá, ante la que cayó en cuartos de final por 77-51, por lo que el jugador del Zuharrak Asier García quedó eliminado de la lucha por las medallas. Ahora, la selección española deberá luchar por la quinta posición.
El bilbaino Víctor Hugo Garrido, que compite bajo bandera venezolana, fue décimo en la contrarreloj en la categoría de amputados. No obstante, sus mayores esperanzas están depositadas en la prueba en línea y su potente sprint.