Cuando faltan dos semanas para la huelga general convocada en Hego Euskal Herria, los sindicatos y agentes sociales convocantes están en plena campaña preparatoria. Ayer fue el movimiento 15-M de Nafarroa el que decidió sumarse a la protesta por considerar de vital importancia que se de una respuesta «unitaria y masiva» a los recortes sociales impuestos al amparo de la reducción del déficit.

Los sindicatos y agentes sociales convocantes comparecieron ayer en Iruñea para hacer un llamamiento a la ciudadanía a responder con contundencia a una situación de «emergencia social» que así lo requiere.

Mitxel Lakuntza (ELA) recalcó que ante los recortes sociales que se están imponiendo en los últimos meses «solo queda la respuesta y la movilización». Aseveró que «las élites que controlan el mundo financiero» están organizando un «saqueo» con el objetivo de que la riqueza «se reparta cada vez peor» y este proceso -señaló- se lleva a cabo por varias vías, la primera de ellas la conversión de la deuda privada de los bancos en deuda pública.

Después, agregó, se recortan los servicios públicos, se suben los impuestos a las «clases populares» y se bajan los salarios con el objetivo de hacer frente a esa deuda. Además, denunció que se precarizan las condiciones laborales de los trabajadores.

El coordinador de LAB en Nafarroa, Igor Arroyo, afirmó que la gestión de los regionalistas «ha llevado a Navarra prácticamente a la bancarrota». Lakuntza coincidió en esta afirmación al señalar que la presidenta, Yolanda Barcina, «está de acuerdo con los recortes que se están llevando a cabo». «La riqueza de Navarra ha sido dilapidada por UPN», agregó Arroyo. Apuntó que el partido de Barcina ha llevado a cabo «una política desarrolista de luces de neón», materializada en proyectos como el Canal de Navarra, el Circuito de Los Arcos, el pabellón Reyno de Navarra Arena y autovías «innecesarias».

Llamamiento a UGT y CCOO

En la comparecencia, el movimiento 15-M manifestó su apoyo a la huelga general por considerar que «debe tener también un gran competente social». Por ello, mostraron su preocupación ante la posibilidad de que las diferencias entre sindicatos vayan a mermar la posibilidad de una respuesta masiva a esta convocatoria cuya referencia más cercana de éxito de participación fue la del 29 de marzo. En este sentido, incidieron en la necesidad de dejar de lado las diferencias, con lo que emplazaron a los sindicatos UGT, CCOO, USO y Solidari a unirse a la jornada de paro.

En su opinión, «la ambición desmedida y la corrupción» están desmantelando el Estado de Bienestar, llevando a los sectores más desprotegidos a vivir de una forma «dramática». «La clase trabajadora ha vivido reformas, la ley de dependencia se olvida de los más empobrecidos, la salud deja de ser un derecho universal y la educación pública se ve mermada en aplicación de los recortes», recalcaron. Uno de los indicadores más claros de todas estas políticas es el nivel de desempleo en el herrialde, que alcanza los 48.300 ciudadanos. A ello habría que añadirle el cambio de legislación en la renta básica, que dificulta el acceso a la misma.

La huelga cuenta por ahora con el respaldo de los sindicatos ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS, EHNE, HIRU, CGT, CNT y los movimientos sociales AHT Gelditu, Aldea, Asamblea Libertaria, Asamblea de la UPNA, Bilgune Feminista, Bira Beste Aldera, Bizipikete, Colectivo de personas en paro de Iruñerria, Eguzki Bideoak, Ekologistak Martxan, Elkartzen, Emakume Internazionalistak, Errotik gazte mugimendua, Grebalarien Kolektiboa, Grupos Iruñea contra las Guerras, Herri Ekimena, Ikasle Abertzaleak, Lumatza, Mugarik Gabe, Nafar Libertarioak, Nafarroako Pentsionistak Martxan, Sasoia, Sakana Abian, Sortzen-Ikasbatuaz, SOS Arrazakeria, Subeltz y Trabajadoras de cocinas hospitalarias.