txaro castañares larrea | Apyma Mendialdea
Supresión de transporte escolar en Mendialdea
Ya finalizado el curso escolar y mediante correo electrónico se comunica al colegio Mendialdea la suspensión del transporte escolar para todo el alumnado de Berriozar a partir del siguiente curso, esto es, en setiembre. La gestión ha sido asumida íntegramente durante las últimas tres décadas por el Gobierno navarro. Dadas las fechas y con mermada capacidad de maniobra, la Apyma se reúne con Educación y el departamento esgrime como argumento para la suspensión que no cumplimos la ley. Cuestión de distancias. En la ley pone, literal: «no se organizará ni gestionará el transporte escolar colectivo en recorridos de menos de 3 km salvo casos excepcionales».
Y nuestro centro es excepcional, puesto que es el único centro en Navarra que exige cruzar una carretera nacional y una vía de tren para llegar a él desde Berriozar, atravesar una pista que accede al cuartel de los militares con tráfico de vehículos de todo tipo, seguir camino sin aceras ni arcenes, y pasar delante de las cocheras de una empresa de autobuses y una fábrica harinera con maniobras constantes de grandes camiones sin buena visibilidad.
Un centro con cerca de 1.000 escolares y la gran mayoría del profesorado accediendo en vehículo propio, más el alumnado comarcal también transportado. Sumen ahora lo vehículos que accederán de modo particular por la supresión de autobuses.
Todas ellas, circunstancias que no han variado en 35 años y a las que Educación da carpetazo con un simple correo electrónico y sin planificación ninguna.
Proponen a las apymas que «organicemos el transporte» y que después ya vendrán las subvenciones o, lo que es lo mismo, la semiprivatización. Y no hay más que hablar ni hacer, no hay que pintar ni un solo paso de cebra nuevo, ¡qué fácil!. Se darán seguramente circunstancias no deseadas por nadie, niños volviendo solos a comer a casa, absentismo escolar más alto o, en el peor de los casos, accidentes por lo peligroso del acceso.
No nos engañemos, esto no es legal o ilegal, es más de lo mismo, disminuir recursos a costa de aumentar la presión sobre los agentes educativos y romper las rutinas y la atención individualizada del alumnado. Les pierden además las formas, no hay previsión, ni diálogo, ni respeto hacia la escuela, el profesorado, el alumnado y las apymas. Con la seguridad no se juega, siempre hay unos límites y los están traspasando. Piénsenlo un poco mientras van calentitos en el coche oficial a su trabajo. Atentos a las movilizaciones, que las habrá.