El año que lleva en servicio la Supersur deja al desnudo las fallidas previsiones forales
Al cumplirse un año de la puesta en servicio de la Variante Sur Metropolitana, más conocida como Supersur, cada vez son más las voces que denuncian que las previsiones de la Diputación han resultado fallidas.
GARA | BILBO
Muchos fueron sus detractores en la fase de estudio y deliberación, más aún durante la ejecución de la infraestructura viaria más cara de Bizkaia. Finalmente, las previsiones de los opositores se han cumplido y la Variante Sur Metropolitana no alcanza ni a la mitad de los usuarios estimados por la Diputación vizcaina, a pesar de que el coste anual del mantenimiento de la autopista de peaje es de 10 millones de euros y que su construcción superó los 900 millones de inversión.
Entre las valoraciones en el primer aniversario de la Supersur, destaca la que efectúa la primera fuerza de la oposición, Bildu, que incide en que varios informes ya advertían de que «la estrategia basada en la oferta de infraestructuras estaba condenada al fracaso y que la demanda no justificaba la obra, ya que el 94% de los vehículos que transitan por la A-8» la usan para desplazarse entre municipios del área metropolitana de Bilbo o para desplazamientos en ese entorno.
Bildu acusa al PNV de ser el responsable del fracaso, especialmente tras «imponer» el proyecto y no buscar consensos más amplios en materia de infraestructuras viarias. «El debate es un ejercicio ventajoso -remarcan- y puede evitar la toma de decisiones unilaterales que hipotecan el futuro de los y las bizkaitarras. Con la Supersur, las arcas de la Diputación se ven peligrosamente comprometidas», ya que frente a los alrededor de 25 millones de euros que los responsables forales estipularon que iban a recaudar, tan solo se han logrado 6.
El PP cree que la Supersur «morirá de inanición» si no se implantan medidas que potencien el uso de esta autopista de pago. Su portavoz en las Juntas Generales, Esther Martínez, acusó ayer al PNV de practicar una política de «brazos cruzados», «incapaz -añadió- de encontrar ideas que potencien el uso de una infraestructura que ha costado 1.000 millones de euros al conjunto de los vizcainos». El PP propone la implantación de una tarifa plana.
Aralar consideró que la Supersur muestra un modelo de gestión económico «caduco y erróneo, basado en el cemento», subrayando que esa autopista de pago no simboliza «el progreso como la quiso vender el PNV», sino una «hipoteca económica para Bizkaia que tiene repercusiones negativas hoy y también los próximos años».