El candidato del PNV, Iñigo Urkullu, insiste en percutir sobre el flanco económico del Gobierno de Lakua, sembrando dudas acerca de su capacidad para «defender el autogobierno y las arcas públicas».

En declaraciones realizadas en Gasteiz antes de acudir a la tradicional romería de Olarizu, Urkullu apuntó que «hoy es el día en el que desconocemos cual es el estado de la negociación de la renovación del Cupo», el importe que paga la Comunidad Autónoma Vasca a las arcas estatales por las competencias que no tienen sus instituciones.

El líder jeltzale aseguró que hay «un diferencial a favor de la Comunidad Autónoma de 500 millones de euros en la liquidación del Cupo de estos tres años y medio» y acusó al Ejecutivo autonómico de no reclamar esas cantidades.

«Está muy bien que el Gobierno Vasco se preocupe de los impuestos, de mirar cómo puede incrementar los ingresos para las arcas públicas, pero más allá de un punto arriba o abajo con el diferencial en el IRPF, es mucho más importante defender el autogobierno», aseveró.

Urkullu también salió al paso de unas palabras del coordinador electoral del PSE, Rodolfo Ares, quien busca un debate a dos PNV-PSE y que en ese camino dijo ayer que candidato jeltzale «confía poco en sus posibilidades. Le seguimos emplazando a que no se esconda».

En su contrataque, Iñigo Urkullu aseguró que está dispuesto «a debatir en euskara y castellano con todos los candidatos de lo que vayamos a hacer en el futuro», si bien sabe que eso no es posible porque Patxi López tendría grandes problemas para debatir en la lengua vasca y Antonio Basagoiti la desconoce.

Además de lanzar esa chinita contra la falta de capacidad en euskara de algunos de sus contrincantes, el candidato del PNV repescó un asunto que dio mucho que hablar a inicios de año, cuando afirmó que su partido había recibido una llamada «desesperada» de un consejero «de peso» -todas las miradas apuntaron a Rodolfo Ares, entonces al frente de Interior- para pedir ayuda y encontrar nuevas vías para inyectar recursos extraordinarios «a las vacías arcas gubernamentales».

Al respecto, Urkullu pidió ayer a Ares que «si habla de escurrir el bulto» debería explicar las conversaciones de los días 23 y 25 de enero y el 1 de febrero en relación a las cuentas.