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Open de Estados Unidos

Serena es profeta en su tierra y firma un verano de ensueño

Suma el torneo de su país al título de Wimbledon y las dos medallas olímpicas.

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GARA | IRUÑEA

Tras cuatro años de espera en los que ha conseguido superar diferentes problemas de salud y la derrota en una pasada final en la que estaba segura de ganar, Serena Williams dio por buenas todas estas adversidades para volver a ser profeta en su tierra y triunfar en el Open de Estados Unidos de 2012. Con ello, la estadounidense culmina un verano de ensueño.

Y eso que su campaña no pudo empezar peor cuando quedó eliminada en la ronda inicial de Roland Garros, la primera vez que le sucedía en un Grand Slam -ha disputado 49-, lo que no aventuraba la impresionante trayectoria posterior. Desde ese inesperado traspiés, la menor de las Williams ha firmado una racha ganadora de 26-1, imponiéndose en Wimbledon, consiguiendo dos medallas de oro olímpicas en Londres -individual y dobles con su hermana Venus- y finalmente ganando en el Abierto de su país.

El tenis de Serena, basado en el poder físico, demostró ser el más efectivo en las pistas rápidas y, aunque cometió el doble de errores no forzados que Azarenka -su rival en la final-, también consiguió la misma proporción en golpes ganadores. En todo caso, el arma que decidió que la victoria cayese del lado de Williams fue su todopoderoso saque. Consiguió, nada menos, que 13 aces, los que, sumados a los 50 del resto del torneo, hacen una cifra récord de 63.

La bielorrusa, número uno mundial, mostró mejor tenis en el intercambio de golpes desde el fondo de la pista y tuvo más técnica, pero le faltó el instinto asesino de la campeona, que lo saca cuando se encuentra en la pista y que le ha permitido cosechar 15 títulos de Grand Slam en las 19 finales que ha disputado hasta ahora, frente a tan solo los dos entorchados de su rival.

Veteranía

Desde 1987, ninguna tenista había ganado el Open de Estados Unidos a la edad de 30 años. Por aquel entonces lo hizo Martina Navratilova y ahora ha repetido honor Serena Williams. Lo más importante, en todo caso, es comprobar cómo su tenis se mantiene a un nivel muy competitivo después de 13 años de ganar por primera vez este torneo. Fue en 1999, con solo 17 años -la cuarta más joven en conseguirlo-, venciendo en dos sets seguidos a la también adolescente prodigio suiza Martina Higgins.

La final del Open de Estados Unidos sirvió, además, para demostrar que Serena le tiene completamente tomada la medida a Victoria Azarenka, ya que le ha vencido nada menos que en 10 de los 11 encuentros que han jugado ambas. Está claro que la menor de las Williams regresa por sus fueros para dar mucha batalla todavía.

Ni siquiera entre las tres primeras WTA

La victoria en el Open de Estados Unidos ni siquiera le permite a Serena Williamas estar entre las tres primeras del ránking -Azarenka, Sharapova y Radwanska-, un dato que no le quita el sueño a la estadounidense. «Nada de eso me preocupa, lo único importante es la gran experiencia que he vivido estos meses. Es algo increíble porque nunca me imaginé que pudiese ganar estos títulos y es fabuloso», admitió.

«Sobre todo ser campeona en Nueva York es algo maravilloso y único -amplió-, sobre todo después de haber superado adversidades y graves problemas de salud, pero nunca dejé de luchar», lo que realmente la define como una «verdadera campeona». Ese espíritu indomable es el que le ha permitido completar en la pista Arthur Ashe un verano «épico», al reeditar el título de reina del Abierto norteamericano.

La menor de las Williams superó con claridad a Azarenka en el primer set (6-2), la bielorrusa le devolvió la moneda en el segundo (2-6), pero la estadounidense consiguió reponerse en un tercer parcial decisivo y bastante más igualado, que acabó cayendo de su lado para imponerse por un ajustado 7-5. GARA

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