fin de la tutela internacional en Kosovo
Kosovo suelta amarras hacia su futura y total independencia
Cuatro años y medio después de que proclamara su independencia, Kosovo accedió ayer a la «plena soberanía». El Grupo Internacional de Supervisión de Kosovo (ISG) se reunió en Pristina para anunciar su disolución. Serbia, que calificó la decisión de «error histórico y trágico», urgió a la comunidad internacional a mantener su intervención en Kosovo. Contradictorio argumento de quien insiste en exigir su perdida soberanía sobre ese mismo territorio.
GARA | KOSOVO
El Grupo Internacional de Supervisión de Kosovo (ISG, por sus siglas en inglés) puso oficialmente punto final ayer a la tutela sobre este enclave balcánico. Kosovo da así un paso más hacia la plena soberanía cuatro años y medio después de que declarara su independencia en febrero de 2008
El ISG (International Steering Group), en el que participan 25 países occidentales, ha supervisado hasta ahora que la independencia siga los pasos del Plan Ahtisaari, que lleva el nombre del mediador de la ONU y expresidente finlandés Martti Ahtisaari, y que preveía un Estado democrático multiétnico con un elevado grado de protección y descentralización para la minoría serbia de Kosovo.
En la primavera de 1999 y para poner fin a la represión serbia contra la guerrilla independentista albano-kosovar de UÇK, la OTAN protagonizó una campaña de bombardeos aéreos contra Kosovo y Serbia que provocaron la retirada de Belgrado.
Nombrado como mediador de la ONU, el finlandés Martti Ahtisaari pilotó un proceso de independencia de Kosovo «bajo vigilancia internacional», concretada en un administración bajo la égida de la ONU.
Ese plan, rechazado por Serbia en las negociaciones que duraron varios meses antes de la declaración de independencia kosovar, preveía una soberanía tutelada que recogía la propia Constitución.
También creaba la figura del representante internacional civil para Kosovo, que ejerció hasta ayer el holandés Pieter Feith, quien tenía los poderes para despedir a cualquier funcionario kosovar y rechazar cualquier ley, potestades que en realidad nunca ha ejercido.
La decisión de autodisolución del ISG, que reagrupa, entre otros, a EEUU, la mayoría de los estados de la UE y Turquía, se traducirá sobre el terreno en el cierre de la Oficina Civil Internacional (ICO), dirigida por el diplomático holandés, que es a la vez el representante especial de la UE en Kosovo.
Para poder cerrar la oficina del ISG, el Parlamento kosovar adoptó el pasado viernes una serie de enmiendas constitucionales.
Los principales diplomáticos internacionales involucrados en las negociaciones sobre el estatus político de Kosovo, como el propio Ahtisaari, llegaron a Pristina para participar en las ceremonias que marcan este «histórico día», en palabras del Gobierno kosovar.
El presidente de Kosovo, Atifete Jahjaga, se felicitó por la esperada decisión del ISG, destacando que cumplimos «todas las condiciones para convertirse en un Estado con perspectivas claras de integración en las estructuras euroatlánticas».
Además de los actos políticos, también hubo una celebración popular en la céntrica plaza Madre Teresa de Pristina, donde se montó un escenario para la actuación al aire libre de varios grupos de música venidos de Kosovo, Albania y Macedonia.
Presente en Pristina, el subsecretario adjunto del Departamento de Estado de EEUU, Philip Reeker, reiteró «el apoyo de EEUU a la soberanía, la independencia y la integridad territorial de Kosovo en su camino hacia la integración euroatlántica». Reeker insistió en que la disolución del ISG «no significa el fin del potente apoyo internacional, incluido el de EEUU, a Kosovo». Y es que a pesar de la decisión de la comunidad internacional permanecerá en Kosovo con una fuerte presencia sobre el terreno, tanto en la esfera militar como civil.
La Fuerza para Kosovo (KFOR), liderada por la OTAN, mantendrá más de 5.000 soldados para garantizar la seguridad, mientras que la Unión Europea (UE) seguirá con su misión civil Eulex hasta mitad de 2014 para dar apoyo a la construcción de un Estado de derecho.
La excepción española
Hasta ahora, 93 países han reconocido la independencia de Kosovo, entre ellos 22 de los 27 de la UE, incluidos Alemania y el Estado francés. El Estado español, Grecia, Chipre, Eslovaquia y Rumanía siguen sin hacerlo.
El no reconocimiento por parte de Chipre tiene su explicación en la actual partición de la isla. Grecia y Rumanía comparten el culto ortodoxo de Serbia. Eslovaquia está situada a las puertas de los Balcanes.
La negativa del Estado español, al que no une ningún criterio, ni geográfico ni religioso o cultural, con esta región europea, es más sorprendente y solo se explica por su recelo al hecho de que Kosovo abre una puerta a la preeminencia del derecho de autodeterminación sobre cualquier otra contingencia. Y es que, al contrario que en el resto de territorios ex-yugoslavos, Kosovo no cumplía el requisito de haber sido una república reconocida en el seno de la Federación yugoslava.
El veto de Rusia y su posición contraria a la independencia de Kosovo en el Consejo de Seguridad de la ONU -integrado además por las potencias nucleares de EEUU, China, Gran Bretaña y Estado francés- ha impedido que Kosovo sea miembro de pleno derecho de la ONU.
Pese al apoyo occidental expreso, Kosovo sigue siendo el país más aislado en Europa y el único de los Balcanes que no ha obtenido aún la liberalización de visados por parte de la UE.
En 1998-1999 Kosovo fue escenario de la última gran guerra balcánica del pasado siglo, que terminó con una intervención de la OTAN y la administración internacional de ese territorio. Casi una década más tarde, Pristina declaró el 17 de febrero de 2008 su independencia.
«Error histórico y trágico»
Desde Belgrado, el primer ministro serbio, Ivica Dacic, reiteró que Serbia no reconoce la independencia de Kosovo «sea supervisada o no supervisada».
El director de la Oficina del Gobierno Serbio para Kosovo, Aleksandar Vulin, fue más allá y señaló que «si con el final de la independencia supervisada, la comunidad internacional deja a las instituciones de Pristina decidir ellas mismas (...) sobre las vidas de serbios y otros no albaneses estamos ante un error histórico y trágico».
En un comunicado posterior, la misma oficina instó a la «comunidad internacional a no reducir su presencia (en Kosovo) y a no permitir que siga la violencia impune contra los serbios». Serbia utiliza a los 120.000 serbios que viven en Kosovo (un 6% de la población, sobre todo en el norte del país) para socavar la independencia del nuevo país europeo.
El presidente de EEUU felicitó a Kosovo «por esta etapa histórica y este nuevo paso para que ocupe el lugar que le corresponde en una Europa libre y pacífica». Instó a su vez a la normalización de relaciones y a la solución de los problemas con Serbia.
El general alemán Volker Halbauer tomó el viernes las riendas de la fuerza de la OTAN en Kosovo (Kfor). Es el cuarto oficial alemán en asumir ese puesto. Berlín juega un papel clave en el mantenimiento de la presencia internacional.
Justo la víspera de que Kosovo diera un paso más hacia su definitiva suberanía, Serbia volvió a airear el escándalo sobre el presunto tráfico de órganos en Kosovo.
El fiscal serbio Vladimir Vukcevic aseguró contar con un testigo que asegura que participó en el presunto tráfico de órganos de serbios durante la guerra de Kosovo, escándalo que apunta a la guerrilla kosovar del UÇK y que es objeto de una investigación internacional. «Tenemos a una persona que testifica sobre un procedimiento médico realizado en el norte de Albania sobre extracción de órganos de serbios secuestrados durante el conflicto de 1999-1999 en Kosovo», aseguró el fiscal encargado de crímenes de guerra,
Vukcevic señaló que el testigo sería «un kosovar albanés que tomó parte en el conflicto» y que afirmaría que siguió un curso de formación de extracción de órganos antes de participar él mismo en una operación de ese tipo.
«Él describe una operación de extracción del corazón de un prisionero serbio en un centro cerca de Kukes (en el norte de Albania) a finales de los años 90», aseguró. «El corazón fue vendido en el marcado negro. Él describe el procedimiento en detalle», concretó, asegurando que el testigo narra el transporte del órgano al aeropuerto de la capital albanesa, Tirana. Vukcevic se negó a suministrar más detalles sobre este testimonio aunque insistió en que «hemos investigado y verificado las declaraciones del testigo desde hace un año». En esa línea, señaló que «esperamos que este testimonio va a ayudar al fiscal Williamson en su investigación». El estadounidense John Clint Williamson fue elegido por la UE para presidir un equipo internacional de investigación sobre estas denuncias. que toman como base el informe realizado por el parlamentario suizo Dick Marty, quien en enero de 2011 evocó los nombres de antiguos dirigentes de la guerrilla, entre ellos el del actual primer ministro, Hashim Thaçi, en un tráfico de órganos que habría utilizado a al menos 300 prisioneros de guerra serbios.
El ministro de Exteriores kosovar denunció «un intento de Serbia de ensuciar» las celebraciones por la plena soberanía del país. «Sabíamos previamente que Serbia iba a salir con informaciones negativas sobre Kosovo, No conocemos estas denuncias al detalle, pero lo cierto es que Serbia busca intentar deslucir lo que es un gran día para Kosovo», reaccionó tajante Enver Hoxhaj.
Una policía kosovar resultó herida el pasado viernes cuando un grupo de encapuchados disparó contra un convoy que transportaba e policías y a miembros de la misión de la UE (Eulex) cuando se desplazaban por el norte de Kosovo.