Formica despedirá a 170 trabajadores de Galdakao, el 83% de la plantilla
Los peores augurios del comité de empresa Formica se han cumplido. A vuelta de vacaciones, la dirección ha planteado la destrucción del 83% de la plantilla de Galdakao. El ERE de extinción afectará a 170 de los 205 trabajadores, según comunicó ayer la dirección, que solo mantendrá la planta de Valencia. Tras la noticia y como protesta, los trabajadores paralizaron de inmediato la salida de la producción.
Juanjo BASTERRA |
Representantes legales de Formica, del grupo neozelandés Fletcher Building, presentaron de «malas formas» al comité, formado por ELA, LAB y CCOO, el expediente de destrucción de 170 puestos de trabajo de los 205 que se compone la plantilla. José Luis Vélez, de ELA y presidente del comité, calificó de «duro golpe» la decisión de la dirección y Gotzon Almaraz, de LAB, remarcó que «hay mucha tensión en la fábrica», porque supone el cierre después de 66 años de actividad industrial.
Ambos criticaron la presentación de los planes de despido del 83% de la plantilla de Galdakao justo antes de que este jueves mantengan una reunión con representantes del Gobierno de Gasteiz, de la Diputación de Bizkaia y del Ayuntamiento de la localidad vizcaina. Los representantes del comité exigieron a las administraciones públicas que rechacen los planes de cierre de la planta.
No sale la producción
Tras conocerse esa situación, los trabajadores se concentraron a las puertas de la factoría para impedir la salida en camiones de la producción. «Hay mucha tensión y la plantilla ha respondido de esa manera», dijo Almaraz. La dirección puntualizó que los despidos se llevarán a efecto hasta noviembre. Tan solo se preservará a 14 trabajadores en Galdakao con el único objetivo de «mantener su domicilio fiscal», dijo Vélez
El presidente del comité insistió en que el grupo Formica Europa cuenta con resultados positivos, por lo que no vale solo con presentar los resultados de las plantas de Galdakao y Valencia, sino que «es necesario que se aporte la información conjunta del grupo», añadió Almaraz. Los trabajadores de Galdakao conocen que algunos pedidos para la planta vizcaina se han desviado a otras, con lo que la caída de la producción y ventas no estaría justificada por una merma del mercado, «como nos quieren hacer creer», confesaron los miembros del comité, que creen que se trata de una operación «decidida para cerrar» la planta de Galdakao y conservar solo la de Valencia dentro del Estado español. «Sabemos que se nos han quitado clientes a los que ahora se vende desde otras plantas de Europa», precisó el presidente del comité, José Luis Vélez.
ELA, por medio de un comunicado, explicó que la destrucción de empleo afectará, en realidad, a 185 trabajadores, porque «no se han contado los afectados por los contratos de relevo. Solo se mantendrán 20 personas de la plantilla», confirmó la central sindical.
Igual que señaló el representante de LAB en el comité de la empresa, ELA requerirá mayor información a la dirección por «considerar insuficiente la documentación presentada» y pidió a la Inspección de Trabajo que «no dé por iniciado el periodo de consultas hasta que se haya subsanado la grave falta de documentación que entendemos que falta».
Formica justifica el cierre de Galdakao en favor de Valencia, porque ésta «tiene mayor eficiencia y menores costes, y emplea a un número mayor de trabajadores».
Sin presentar datos concretos, la dirección asegura que desde 2008 las ventas «se han reducido en más de un tercio, un 50% en el caso del mercado interior español», afirma la compañía.
«Puro teatro», «mal» o «sin novedad» fueron algunas de las expresiones utilizadas por los miembros del comité de empresa de Corrugados tras la reunión que mantuvieron ayer en Madrid con el empresario extremeño Alfonso Gallardo, propietario de la planta de Azpeitia.
Al encuentro acudieron, además del propio Gallardo, el responsable de Relaciones Institucionales del Grupo, Manuel Romero, y Rafel Bravo. Según los representantes de los trabajadores, tras recordarles los directivos que «el mercado del corrugado está muy mal», mantuvieron su propuesta de 60 despidos, de bajada de salarios y de aumento de la jornada laboral de quienes se queden en la empresa.
En relación a los 60 despidos, Gallardo les propuso sustituir a 15 de ellos por otros 15 voluntarios y que sea el comité de empresa el que proponga los nombres de los que debe ir a la calle. Los representantes de los empleados consideran que se trata de hacerles a ellos «cómplices» de los despidos. En cuanto a la reducción de salarios de un 35%, el empresario lo ha modificado por un 30% para los sueldos más bajos y un 40% para los más altos. Por lo que respecta a la ampliación de la jornada en 49 horas, Gallardo ha decidido retirar la cantidad pero, según el comité, «nos advirtió que los que se mantengan en la plantilla deben estar preparados para trabajar más».
La contraprestación que Gallardo exige para aplicar estas modificaciones a su propuesta anterior es que sean retiradas las denuncias contra los despidos presentadas en Magistratura y también los recursos planteados frente al nuevo ERE.
En este sentido, los trabajadores de la planta de Corrugados de Azpeitia celebrarán esta mañana una asamblea para decidir la respuesta a la oferta de ayer. I.T.
La dirección y el comité de empresa de Bridgestone han acordado un ERE de 60 días en su planta de Basauri y de 20 días en la de Usansolo, que se cumplirá entre octubre y diciembre.
Así lo confirmó uno de los integrantes del comité de empresa de Bridgestone tras la reunión celebrada ayer en Basauri entre la empresa y el Comité Intercentros, en la que la dirección les ha presentado estos nuevos ERE motivados, según el sindicalista, por las «malas ventas» registradas en lo que va de año y las previsiones negativas para el último trimestre.
El ERE temporal afectará también a las plantas de Cantabria, con 38 días, y de Burgos, con 14. J.B.
