Las formaciones no partidarias del Gobierno de China, lideradas por el Partido Democrático y el Partido Cívico, han perdido fuerza en las elecciones del domingo en Hong Kong, cuyo Consejo Legislativo (Parlamento) sigue controlado por las fuerzas pro-Beijing, que han logrado 43 de los 70 escaños disponibles.

No obstante, la oposición ha conseguido 27 asientos, lo que le permite conservar su derecho a veto, clave para la toma de decisiones como las reformas constitucionales o la aprobación de presupuestos. Además, ese tercio de los votos, permite a estos partidos mantener sus aspiraciones para hacer cumplir a China su compromiso de instaurar el sufragio universal directo en 2017 para la Jefatura del Gobierno y en 2020 para el Parlamento, promesas que ya se hicieron en el pasado y no se han cumplido.

Con un creciente sentimiento antichino en la megalópolis y un nivel de participación en alza, los partidos «prodemocracia» confiaban en lograr un importante avance, pero el complejo sistema de votación, adaptado a los partidos pro-Beijing, ha evitado de nuevo el surgimiento de una nueva mayoría «democrática» en el Consejo Legislativo.

Dentro de este movimiento, las grandes formaciones fueron las más castigadas. Albert Ho, líder del Partido Democrático y candidato a jefe de Gobierno en las elecciones de julio, presentó ayer su dimisión tras perder dos de los escaños elegidos directamente por el electorado.

Por primera vez desde la vuelta de la antigua colonia británica a la soberanía china en 1997, más de la mitad (40) de los miembros del Consejo Legislativo, designado por cuatro años, son elegidos por sufragio directo. El resto (30) es elegido por un doble sistema de grandes electores, mayoritariamente favorables a Beijing, compuestos por grupos con intereses profesionales específicos (educación, sanidad...) o grupos empresariales sectoriales.

Los partidos «prodemocracia», que se presentaban divididos, obtuvieron el 60% de los votos expresados en sufragio directo, según los resultados definitivos. Pero ese resultado, convertido en escaños en función de un hábil sistema proporcional, no les garantiza más que 18 de los 40 escaños. Y solo han conseguido 9 de los 3o designados por los grandes electores.

Las principales funciones del Parlamento de Hong Kong son promulgar, modificar o derogar leyes, aprobar presupuestos, impuestos y el gasto público y supervisar la gestión del Gobierno. También puede destituir al jefe del Ejecutivo en caso de infracción grave o negligencia.