El profesor universitario Hassan Sheij Mohamud, de 56 años, fue elegido ayer por sorpresa presidente de Somalia por el Parlamento reunido en Mogadiscio, al obtener la mayoría absoluta de votos en la tercera vuelta, lo que pone fin a la «transición política» en el país, iniciada en 2004 con apoyo de la ONU.

El nuevo jefe del Estado, un académico y activista de la sociedad civil que ocupará el cargo los próximos cuatro años, fundó el pasado año el Partido de la Paz y el Desarrollo (Al-Islah), considerado el equivalente somalí de los Hermanos Musulmanes. Se impuso en la tercera y definitiva votación al actual presidente y gran favorito, Sharif Sheikh Ahmed, al obtener 190 votos frente a los 79 conseguidos al mandatario saliente, quien desde 2009 y hasta ayer encabezó el llamado Gobierno Federal de Transición somalí.

«Acepto el resultado, fue justo y lo acataré», dijo el Ahmed.

El nuevo jefe de Estado, por su parte, felicitó al presidente saliente por el «cambio histórico» acaecido en Somalia durante su mandato, al tiempo que pidió el apoyo inquebrantable del pueblo somalí y prometió restaurar la «dignidad» del país.

Es la primera elección de un presidente que se celebra desde 1967 en Somalia, país que lleva sin gobierno efectivo y vive en un estado de guerra civil desde el derrocamiento del dictador Mohamed Siad Barré en 1991.

Mohamud venció contra todo pronóstico, ya que ni los expertos le había atribuido opciones de llegar tan lejos ni su nombre destacaba entre los 25 aspirantes a la Presidencia.

La votación, en la que participaron 271 parlamentarios, tuvo lugar en una academia de Policía de Mogadiscio bajo fuertes medidas de seguridad. En un principio, la fecha designada para la designación del presidente era el 20 de agosto, pero los actores implicados no cumplieron el plazo y se fijó una nueva fecha para ayer.

Los diputados fueron nombrados en agosto por un grupo de 135 líderes tradicionales, que, según la Oficina de la ONU para Somalia, representan a todos los clanes del país. Ese método de representación, supervisado y aprobado por la ONU, sustituye a unas elecciones democráticas, ya que la situación de seguridad no permite su realización, aunque se espera que en cuatro años pueda haber comicios democráticos.

En la actualidad, las tropas de la Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM), en coordinación con el Ejército de Somalia, el de Etiopía y milicias progubernamentales, avanzan hacia la ciudad de Kismayo (sur), bastión de los radicales islámicos shebab, que desde 2006 combaten al Gobierno y a sus tropas aliadas y que el pasado febrero anunciaron su unión formal con Al Qaeda.