Para después del 21 de octubre
Iñaki IRIONDO
Pese a contar con apenas tres alcal- días en Gipuzkoa (Eibar, Irun y Zumarraga) y 93 concejales (Bildu tiene 442), el PSE se jacta de que gracias a su pacto con PNV y PP va a dirigir tres mancomunidades que «representan a más del 50% de la población guipuzcoana». (También Basagoiti dice representar al 51% de la ciudadanía de la CAV). El problema del PSE es que después del 21 de octubre, esas tres mancomunidades van a ser las únicas instituciones supramunicipales que gobernará en Euskal Herria. De ahí que no sea difícil adivinar que el futuro de Gipuzkoa estará presente en la «oferta clara» que Joseba Egibar pronostica que recibirá el PNV del PSE para tratar de llegar a un pacto postelectoral.
Pese a que Iñigo Urkullu aseguró ayer que está dispuesto a ser investido lehendakari «con el apoyo de cualquiera», en principio no entra en los planes jeltzales un gobierno de coalición PNV-PSE en la CAV. Sin embargo, tampoco puede descartarse que el precio de dejar a Urkullu gobernar en solitario desde Ajuria Enea sea algún tipo de canje en Gipuzkoa. Los números del 21 de octubre marcarán los movimientos jeltzales.
Por tanto, el llamamiento hecho ayer por el PSE para presentar una moción de censura en Gipuzkoa contra Bildu, al que se sumó con celeridad y entusiasmo el PP, volverá a tener un pico en el próximo debate de las JJGG y quedará luego a la espera de ser rescatada en las negociaciones postelectorales.