Los inversores volvieron a las compras tras el paréntesis del lunes y elevaron al Ibex por encima de los 7.900 puntos. Los apoyos eran claros. De un lado estaba Wall Street, y de otro, Europa. En Estados Unidos se comienza a vislumbrar la aprobación inmediata de un nuevo programa de compra de bonos de la Fed. Por su parte, en Europa se espera el carpetazo final a la incertidumbre sobre la aceptación del MEDE en Alemania. También parece abrirse una vía de mayor flexibilidad en Bruselas, donde han comenzado a admitir las grandes dificultades de los estados con problemas para cumplir con los objetivos de déficit. En esta línea, Portugal celebró ayer la rebaja de medio punto, hasta el 5%, en el tope del déficit del PIB. El Ibex se apuntó un 0,92%, hasta los 7.930,40 puntos, por lo que reduce su pérdida anual al 7,42%. En el mismo tono cerraron Fráncfort (+1,34%) y París (+0,89%), pero no Londres (-0,02%). Por valores del Ibex, sobresalió Enagás al ceder un 7,75%, perjudicada por la colocación de un 5% de su capital por parte de tres cajas. Amadeus y Ferrovial, que cedieron más de un 1%, le siguieron en la lista de perdedores. En la parte alta de las ganancias, destacaron Bankia (+5,95%) y Bankinter (+4,64%). En el grupo de los grandes, Santander (+1,75%) encabezaba las subidas, mientras que solo Repsol (-0,51%) cedía terreno. En París, el aviso de malas previsiones de venta de Burberry, que se hundió más de un 20% en bolsa, lastró las cotizaciones de LVMH (-3,36%) y Pinault Printemps (-2,07%). Las acciones de ST Microelectronics (+4,63%) lideraron los avances.