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CATALUNYA SE JUEGA SU FUTURO

Artur Mas reclama en Madrid una consulta independentista ante la «fatiga» con España

Desde Madrid, el president de la Generalitat, Artur Mas, reclamó al Gobierno español que permita una consulta entre los catalanes para comprobar su voluntad de independencia y acepte que Catalunya es una nación. Aseguró que se ha producido un sentimiento de fatiga mutua en el que Catalunya se ha cansado de ser maltratada por España y España tiene la percepción de que «solo piden y se quejan», comparándola con la relación entre el sur y el norte de Europa.

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GARA | MADRID

Tres días después de la multitudinaria manifestación que reclamó en Barcelona la independencia de Catalunya, la expectación por escuchar ayer al presidente de la Generalitat, Artur Mas, en un desayuno informativo organizado en Madrid por Nueva Economía Forum era máxima.

En su intervención, Mas pidió un Estado propio para Catalunya porque durante décadas ha intentado transformar el Estado español para que fuera el suyo pero no ha sido posible y ahora ve que el proceso para la transición ya está en marcha. Añadió que «no nos hemos vuelto locos» y que que con sus planteamientos no se están «subiendo al monte» porque cuando los catalanes reclaman instrumentos de Estado «lo hacen dentro del marco europeo e incluso del euro que intentamos defender».

A su juicio, lo que ocurre es que se ha producido un «sentimiento de fatiga mutua» con España, comparándolo con lo que sucede en la Unión Europea.

«La España del norte se ha cansado de la España del sur, como la Europa del norte también se ha cansado de la Europa del sur», afirmó. Mas aseguró que desde Catalunya «se ayuda todo lo que se puede, incluso más», mientras que la sensación en España es que sólo piden y se quejan. A su vez, en Catalunya «la sensación es de que se le maltrata y no se le respeta».

El president se planteó si el conjunto del Estado español puede llegar a aceptar que Catalunya es una nación porque si se parte de ahí «muchas cosas se pueden resolver», mientras que si se niega la evidencia no se resolverán. Defendió que se puede comprobar fácilmente esta voluntad si se convocara un referéndum y pidió al Gobierno español que autorice estas consultas para comprobarlo. Al ser interpelado sobre un resultado negativo si el ámbito de dicha consulta fuera el conjunto del Estado español, el president respondió que si en Europa se hiciera un referéndum sobre la presencia de España en la zona del euro, «tal vez la echarían de Europa».

Por ello advirtió del peligro de minimizar la movilización de la Diada, ya que se cometería un «grave error» si se pensara que se trata de una «fiebre al final del verano y que la temperatura va a bajar rápidamente».

Mas dijo entender el mandato de la población tras la manifestación independentista. «El mandato de la población no se puede ignorar, al revés, hay que escucharlo y además encajarlo en el sentido de que lo peor que puede hacer un gobernante es cortar las alas de la ilusión de un pueblo. Lo dije y lo repito: Me identifico con el clamor popular», aseguró.

Mas eludió poner plazos para la independencia porque toda transición tiene sus ritmos, aunque matizó que la situación actual es tan excepcional que los gobernantes no deben adoptar una posición cómoda. «Son tiempos en los que hay que jugársela», añadió, aunque matizó que no debe hacerse «de una forma suicida» ni «provocar problemas por provocarlos».

Indicó que a partir de la reunión del día 20 con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, verá cómo se concreta el calendario de dicha transición.

No descartó adelantar las elecciones, previstas para 2014, si «la situación fuera difícilmente gobernable» o si el pacto fiscal no avanzara o se comprobara que no tiene posibilidades, y recordó que la pretensión de Catalunya es salir del régimen común de la LOFCA, porque no tiene sentido estar ahí.

Reacciones

Como reacción a las palabras de Mas, el coordinador del PSC en el Congreso español, Francesc Vallés, reclamó al president menos ambigüedad y más concreción sobre un eventual referéndum, porque que Catalunya es una nación «ya está en el Estatut». Además, apostó por un «federalismo actualizado» para dar respuesta a las ansias de un mayor autogobierno en Catalunya y ha reclamado

La presidenta del PPC, Alicia Sánchez-Camacho, consideró un «error histórico» que Mas «haya abandonado la moderación» al pedir «instrumentos de Estado». «CiU se ha quitado la careta y se ha mostrado como una formación independentista, está al nivel de ERC y Solidaritat», afirmó Sánchez-Camacho.

El portavoz de ERC en el Congreso, Alfred Bosch, animó a los representantes de CiU a pedir la independencia «sin eufemismos» y advirtió a los «demócratas españoles» de que de ellos «depende en gran medida que el proceso de divorcio que se inicia sea suave».

Por su parte, los diputados de SI en el Parlamento catalán, Alfons López Tena y Uriel Bertran, y el alcalde de Arenys de Munt (Barcelona), Josep Manel Ximenis (CUP), anunciaron que presentarán en el Parlamento y en ayuntamientos una moción para formar un gobierno de unidad nacional que declare la independencia de Catalunya sin negociación con el Estado ni referéndum previo.

raimon

El cantautor valenciano Raimon afirmó que la manifestación de la Diada fue «un estallido» que ha cambiado enormemente la situación y que el Gobierno no puede ignorarlo: «Esto no es broma, no es romanticismo», afirmó, y remarcó <que ahora hay mucho trabajo por delante.

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La agencia Fitch ha colocado la calificación de Catalunya, que ya está a un peldaño del «bono basura», en perspectiva negativa, tanto para la deuda a largo como a corto plazo, por las dudas sobre cuándo estará disponible el Fondo de Liquidez Autonómico.

El PP insiste en que Catalunya «es España» y advierte de «lo que le pasó a Ibarretxe»

Ningún cargo del Gobierno ni representantes del PSOE o del PP acudieron a la intervención del president de la Generalitat, a pesar de la transcendencia del momento político. Sí estuvo el expresident de la Generalitat y portavoz de la Entesa en el Senado, José Montilla, varios diputados y senadores de CiU y numerosos representantes del mundo empresarial. La delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, fue la única representación del Ejecutivo español y afirmó que no podía compartir el discurso de Mas, porque contrapone la idea de España frente a la de Catalunya, «que es España también. A pesar de lo que haya dicho Mas, creo que ese es el sentimiento de muchos catalanes, que se sienten españoles». Más amenazador fue el tono del portavoz del PP en el Congreso español, Alfonso Alonso, que advirtió al president de la Generalitat de que «tome buena nota» de lo que le pasó al lehendakari Juan José Ibarretxe, porque «planteó un desafío al Estado que llevó a un callejón sin salida» y a una situación «que duró años y perjudicó a la sociedad vasca al provocar una profunda división» entre los ciudadanos.

Desde el Gobierno español, el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, señaló que el artículo 2 de la Constitución deja muy clara la «unidad de la nación española». Así pues, «en el marco constitucional español no cabe la secesión unilateral, no cabe la declaración de independencia de ninguna región, no cabe la separación de ninguna región. Y si no cabe en el marco constitucional español, no cabe en el ordenamiento europeo», añadió.

Desde Euskal Herria, el lehendakari y candidato del PSE a la reelección, Patxi López, consideró que la masiva manifestación de la Diada representó «el fracaso de la política por no haber «solucionado los agravios económicos» que sienten en esa comunidad.

También en clave electoral, el presidente de la Xunta gallega, Alberto Núñez Feijóo, afirmó que «uno no puede ser independiente de la realidad, y la realidad es que tanto Catalunya, como Euskadi y Galicia son España desde hace 500 años». El portavoz parlamentario del PSdeG, Abel Losada, reivindicó el proyecto «socialdemócrata y galleguista» de la formación pero subrayó que la situación de Galicia «desde luego no es comparable» a la de Catalunya. En cambio, el candidato del BNG a la Presidencia de la Xunta, Francisco Jorquera, constató que «Catalunya y Euskadi avanzan hacia la soberanía nacional. Es el turno de Galicia. Le toca a nuestro país dar un paso hacia delante porque el 21 de octubre nos jugamos mucho».

El presidente de Extremadura, José Antonio Monago, opinó que su homólogo catalán «no está pensando» en Catalunya, en España o en los parados sino que «él está pensando en sus elecciones».

Por otra parte, la dirección del PP trabaja ya en la preparación de la campaña electoral en Catalunya en previsión de que Artur Mas decida anticipar las elecciones autonómicas, según informaron a Europa Press fuentes del partido. GARA

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