Un tribunal turco ha condenado a más de 300 militares acusados de urdir un complot para derrocar al gobierno islamista de Recep Tayyip Erdogan, en una sentencia que supone un golpe de fuerza frente al poder del Ejército turco.

El tribunal de Silivri condenó al cerebro del complot, el exgeneral Cetin Dogan, excomandante del primer ejército, y a los antiguos oficiales del Ejército del Aire y la Marina Ibrahim Firtina y Ozden Ornek, a penas de veinte años de prisión. Inicialmente fueron sentenciados a cadena perpetua, pero el tribunal dijo que solo tendrán que cumplir 20 años porque su plan no fue llevado a término.

Otros dos generales retirados y uno en activo han sido condenados a 18 años de cárcel, al igual que otros 75 oficiales. Otros 246 militares recibieron penas de 16 años de prisión, de los que 28 la han visto reducida a doce por buena conducta.

Todos han sido declarados culpables, en diferente grado, del «intento de impedir por la fuerza la acción del Gobierno de la República», delito castigado con cadena perpetua. La mayoría han sido inhabilitados para cualquier actividad en el sector público. 34 acusados fueron absueltos.

La lectura del veredicto fue escuchada en silencio tras las advertencias del tribunal al público, pero al finalizar, los familiares y seguidores de los encausados abuchearon a los jueces y llegaron a lanzar algunas botellas de agua.

En total son 365 los oficiales en activo o retirados acusados del intento de golpe de Estado en una operación denominada «Mazo de Herrero» que, según el tribunal , tenía como objetivo apartar al islamista AKP del poder al que acababa de llegar, a través de atentados destinados a sembrar el caos y justificar una intervención del Ejército.

Los inculpados alegaron que solo era «un escenario pedagógico» como los que suele reproducir el Ejército y denunciaron la utilización de pruebas falsas.

El Ejército pierde poder

El proceso ataca frontalmente a un Ejército hasta ahora intocable, y que se autoproclama garante de la laicidad del Estado. La oposición denunció una caza de brujas destinada a facilitar la islamización del país, mientras los medios progubernamentales estiman que el juicio supone un gran paso hacia la democratización del país y el respeto al Estado de Derecho por parte de un Ejército que ya ha llevado a cabo cuatro golpes de Estado en el último medio siglo.