Tras cuatro años consecutivos haciéndose con los más destacados premios Emmy, la teleserie «Mad men», que estaba nominada en 17 categorías, se fue con las manos vacías de la 64ª edición que se celebró en la noche del pasado domingo. Ante el estilismo retro de la famosa agencia de publicidad en la que trabaja Don Draper, los votantes se han decantado este año por la intriga muy contemporánea de la otra gran favorita, «Homeland». Esta serie, cuya segunda temporada comienza a finales de este mes en Estados Unidos, también incluye en su palmarés a sus dos actores principales, la estadounidense Claire Danes (Emmy a la mejor actriz dramática) y el británico Damian Lewis (Emmy al mejor actor de drama).

En el apartado dedicado a la comedia, la reina indiscutible ha vuelto a ser, por tercer año consecutivo, la serie «Modern family», que juega con los estereotipos de las familias «modernas», principalmente de las formadas por parejas homosexuales y mixtas. El premio al mejor actor de Comedia fue para Jon Cryer («Dos hombres y medio») y el de mejor actriz para Julia Louis-Dreyfus («Veep»).

En pleno año electoral, el palmarés no ha sido ajeno a esta circunstancia y ha otorgado sendos premios a «Game change» -serie de la HBO que reconstruye la trayectoria de la republicana Sarah Palin, candidata a la vicepresidencia de EEUU en 2008-. Además del premio destinado al mejor telefilme, su actriz protagonista -una mimética Julianne Moore- se hizo con el Emmy a la Mejor Actriz de Película de Televisión. Kevin Costner fue otro de los laureados -Premio al Mejor Actor de Televisión- por su rol protagonista en «Hatfields & McCoys». El vitriólico cómico británico Ricky Gervais ejerció de maestro de ceremonias que se llevó a cabo en el Teatro Nokia de Los Ángeles.