Brahimi dibuja «una imagen muy sombría de Siria» y descarta un próximo diálogo
El mediador internacional para Siria, Lakhdar Brahimi, afirmó ayer ante el Consejo de Seguridad de la ONU que la guerra civil en ese país se deteriora y que hay peligro de una crisis alimentaria más profunda. Descartó un diálogo pronto entre el Gobierno y la oposición.
GARA | DAMASCO
El mediador internacional para Siria, Ladjar Brahimi, se mostró ayer muy pesimista ante los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU. Afirmó que la situación en país árabe va «de mal en peor» y auguró una crisis alimentaria más profunda.
El excanciller argelino, que brindó información sobre sus recientes contactos con el presidente, Bashar al-Assad, en Damasco, hizo un balance desalentador sobre el conflicto iniciado hace 18 meses y que, según activistas, ha dejado más de 29.000 muertos. Estimó que cerca de 1,5 millones de personas han abandonado sus hogares y advirtió de que Siria corre el riesgo de enfrentar una creciente escasez de alimentos ya que el conflicto ha destruido cosechas.
Alertó también de la destrucción que sufren en estos momentos los hospitales, las escuelas y «el patrimonio cultural sirio» en general.
Antes de su comparecencia ante el Consejo de Seguridad, mantuvo un encuentro con el ministro de Exteriores de Alemania, Guido Westerwelle, cuyo país preside este mes este órgano de la ONU.
A la salida, Westerwelle aseguró que «la situación en Siria es grave», por lo que «se debe hacer todo lo posible por detener el asesinato de tantas personas inocentes y respaldar a Brahimi en un trabajo tan difícil».
«Todos sabemos que es una situación muy difícil para Siria y para toda la región, pero no podemos tirar la toalla», dijo el ministro germano, quien pidió «una oposición siria unida, no solo contra Al-Assad sino en favor de un patrón democrático, de respeto de las diferencias étnicas y religiosas» en el país.
Westerwelle defendió la vigencia del plan de paz diseñado por el anterior mediador, Kofi Annan, una iniciativa que no ha surtido efecto, pero que aseguró que sigue «vigente porque fue aprobada por el Consejo de Seguridad».
La primera misión de Brahimi como sucesor de Annan lo llevó a la capital siria, donde se reunió con Al-Assad y miembros de la oposición, y también a El Cairo, así como a varios campamentos de refugiados en Turquía y Jordania.
Por otra parte, activistas sirios denunciaron los bombardeos contra varias zonas de las provincias de Alepo, en el norte del país, donde al menos ocho personas murieron, entre ellas cuatro niños y una mujer.
La provincia sureña de Deraa también fue escenario ayer de una amplia operación militar, aseguró por internet el coordinador de la opositora Red Sham, Yafaar al Jeir.
Según explicó Brahimi, el presidente sirio, Bashar al-Assad, le hizo llegar su denuncia de que en el país hay unos 5.000 activistas extranjeros, por lo que achacó el conflicto a una «conspiración extranjera».
Jordania informó ayer que desde el inicio del conflicto en marzo de 2011, más de 2.000 desertores sirios se han refugiado en sus fronteras. El país acoge a cerca de 200.000 refugiados sirios, según indicó Amman.