Iratxe Fresneda Periodista y profesora de Comunicación Audiovisual
Retrato colectivo de La Habana
La ciudad como espacio de creación de identidades, de intercambios. La Habana es una urbe singular y emblemática, de esas que te reciben, te absorben y te arrastran por su universo de color y te involucran en sus movimientos y energías. Por eso no es difícil imaginar historias que luego puedan convertirse en realidad y viceversa. «Siete días en La Habana» es el retrato colectivo del corazón cosmopolita de Cuba en el que han participado realizadores como Gaspar Noé, Benicio del Toro, Pablo Trapero o Julio Medem, entre otros. Cada uno de los siete realizadores ha escogido el modo en el que desea contar su historia y desde qué mirada quiere hacerlo.
Ayer conversábamos con los autores, que se confesaban embelesados con la fuerza de las gentes de la isla y nos hablaban del futuro que están creando en estos momentos esas nuevas generaciones que no conocieron los tiempos de Batista. La isla se mueve, sus gentes cambian y demandan otro tipo de «revolución», quizá la suya propia. Magia africana, personajes nocturnos, travestis perseguidos, artistas en busca de una oportunidad, directores de cine asfixiados por la fama... La Habana es una ciudad extraordinaria en la que hay sitio para todo tipo de historias e interacciones, también para los que llegan del exterior y quedan atrapados en sus redes.
En «Siete días en La Habana» la música funciona como catalizador y nexo de unión de miradas e historias. Historias de lucha cotidiana, de resistencia y orgullo, y como dice la canción «A ella le duele», pero sigue cantando.