Gloria LATASA | gloriameteo@hotmail.com
Nadine
Lo que no es tan habitual es que un ciclón permanezca durante tantos días estático y amenazante como lo está haciendo Nadine
Si nos fijamos en los mapas del tiempo veremos cómo anticiclones y borrascas se pasean habitualmente por ellos. Aparecen, cambian de forma, de localización, causan diferentes tipos de tiempo y terminan por desaparecer, sustituidos por otros nuevos.
Lo que no es tan habitual es que un ciclón permanezca durante tantos días estático y amenazante como lo está haciendo Nadine. Una depresión que nos ha hecho volver a hablar en la calle de la temida ciclogénesis.
Sin embargo, una ciclogénesis no tendría en principio por qué preocuparnos. Se trata por un proceso por el que pasan todas las borrascas atlánticas en su aparición y desarrollo posterior.
Si ocurriera algo anómalo («derrumbamientos» de la troposfera sobre borrascas a nivel del mar) y la presión en superficie cayera de una manera rápida y paulatina (24 mb en 24 horas) es cuando estaríamos ante una ciclogénesis explosiva y una situación más compleja.
La curiosidad de Nadine es que hizo su aparición como ciclón tropical, con categoría de huracán, vigilado por el Centro Nacional de Huracanes de Florida (CNH). Que posteriormente se transformó en ciclón extratropical (con posibilidades de retornar a tropical), perdiendo la atención del CNH. Y sigue allí, en medio del Atlántico Norte.
De un ciclón tropical se puede esperar un corazón cálido, diámetro pequeño, presión central a veces inferior a los 900 mb, estructura convectiva, zonas de precipitación y vientos acoplados, vientos intensos sostenidos y simétricos, lento desplazamiento…, debido al calor del mar y a una alta humedad.
Su transformación en extratropical significa que sus vientos y precipitaciones se desacoplan, las nubes recuerdan a las de los sistemas frontales, pierde su corazón cálido..., y pasa a comportarse según las reglas meteorológicas de las latitudes medias.
Ese entonces cuando Nadine podría haberse comportado como una ciclogénesis explosiva y transportar sus aún fuertes vientos y precipitaciones por nuestras tierras. Sin embargo, permanece al suroeste, enviando estos días nubosidad convectiva y aguaceros al sur de la Península.