El presidente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, Jean-Claude Mignon, pidió ayer que se controlen las apuestas deportivas y se prohíban algunas, tras el escándalo surgido en torno al campeón francés de balonmano Montpellier -se detectó un elevado volumen de apuestas en el encuentro que disputó, y perdió, en el terreno del Cesson-Sévigné el pasado 12 de mayo-.

Más en concreto, Mignon señaló mediante un comunicado que habría que empezar por prohibir las apuestas «en las competiciones más vulnerables a la corrupción», mencionando algunas como «los partidos de fútbol profesional en las divisiones inferiores y las competiciones de menores o aficionados».

Después de solicitar a las autoridades que aclaren el escándalo que afecta al Montpellier, el responsable del Consejo de Europa pidió a los Estados miembros que actúen contra las apuestas ilegales, «un cáncer que ya ha carcomido Asia y que está a las puertas de Europa».

Según Jean-Claude Mignon, en Asia «la corrupción de sindicatos del crimen muy bien organizados ha devastado ya un buen número de deportes».

Por ello, el presidente de la Asamblea Parlamentaria europea aseguró que Europa precisa de «nuevas leyes que conviertan el fraude deportivo en infracción penal, medidas para detectar más rápidamente las apuestas sospechosas y formaciones para los atletas sobre los riesgos ligados a la aceptación de dinero a cambio de una incidencia en su rendimiento».