La mancomunidad ACBA ha decidido suspender el pago de su parte de financiación (25 millones de euros) para la construcción del tramo del TAV Tours-Burdeos mientras el Gobierno francés no aclare si el proyecto se llevará a cabo en su totalidad, incluido el tramo de Lapurdi. La Aglomeración Costa Vasca-Aturri está formada por Baiona, Angelu, Biarritz, Bidarte y Bokale.

Esta decisión, presentada como una «moratoria», ha sido motivada por las declaraciones realizadas por el ministro del Presupuesto, Jérôme Cahuzac, quien, basándose en la auditoría del Tribunal de Cuentas, manifestó en julio que no habría fondos suficientes para hacer frente a las catorce nuevas líneas de alta velocidad proyectadas, por lo que al Gobierno no le quedaría más remedio que «renunciar a algunas opciones priorizadas hasta ahora».

Al mismo tiempo que se conocía la postura de la ACBA, el presidente del Consejo General de Pirineos Atlánticos, Georges Labazée (PS), afirmaba en el pleno de ayer que el Departamento seguirá pagando la aportación de 80 millones en cinco años. Por los contactos que ha mantenido con RFF (la empresa pública que gestiona la red ferroviaria) y el gabinete del ministro de Transportes, Labazée cree que el tramo entre Burdeos y Baiona no será descartado.

¿A Hendaia o a Pau?

El quid de la cuestión es que los electos vascos favorables a que la nueva línea llegue hasta Hendaia temen que no sea así, sino que se priorice la llegada a Pau y, desde allí, a Toulouse.

Es por ello que, a la espera de conocer las intenciones del Estado, han cesado las aportaciones que París había exigido a las instituciones locales porque no podía afrontar solo la financiación del eje atlántico del TAV.