Reconocen que su España está hecha unos zorros, pero la culpa es de los separatistas, los que protestan en Madrid y los huelguistas vascos. La caverna mediática tiene la solución: palos y cárcel. Lean una pequeña muestra.

«El Mundo» abría su edición con un titular que no dejaba lugar a la duda: «Mas promete una consulta ilegal y los mercados vuelven a castigar a España», y después se refería a la imagen de España que la prensa internacional mostraba: «un país sumido en el caos por las protestas del martes en el Congreso y el órdago del Parlamento catalán al Ejecutivo central». ¿Esas son las causas de ese caos, o son sus consecuencias? Seguro que el ladrillazo, la corrupción, las políticas al servicio de la especulación, la negación de derechos sociales y nacionales... tienen algo que ver. En cualquier caso, ese diario tiene el remedio. El título de su editorial era más que ilustrativo: «Una respuesta penal al desafío de Artur Mas». Recordaba que «la convocatoria de una consulta ilegal fue tipificada como delito a instancias del Gobierno de Aznar a finales de 2003 para hacer frente al plan Ibarretxe, pero Zapatero derogó ese artículo del Código penal dos años después para contentar al PNV». Y afirmaba que ahora «el Estado está indefenso ante iniciativas como la del líder de CiU». Pero no se preocupen, que Pedro J. y compañía tienen la solución: «Lo que sí está hoy en manos del Gobierno es restablecer el tipo diseñado en el Código Penal para castigar con pena de cárcel e inhabilitación la convocatoria de una consulta ilegal». Así se solucionan los problemas. Ya saben, a quien no se atiene a «razones», «la maté porque era mía».

Respecto a la concentración del pasado martes alrededor del Congreso», afirmaba que las críticas a la actuación policial son «exageradas e injustas», pues «las imágenes de actuaciones policiales» tanto en ese caso «como en el País Vasco y Navarra contra los radicales que ayer participaban en la huelga general, indican que hay grupos violentos organizados dispuestos a echar un pulso al sistema democrático en la calle mediante tácticas de guerrilla urbana». Servidora también vio imágenes de la concentración de Madrid; en cuanto a la huelga general en Hego Euskal Herria, además de ver imágenes, la vivió. O «El Mundo» o servidora se confunden de lugar, pues ese diario afirmaba en primera que la huelga general «fracasa y ni siquiera logra parar Gipuzkoa». Definitivamente, no hablamos de la misma huelga.