Raimundo Fitero
¿Profesionales?
Una de esas palabras comodín, palabras manta, palabras mantra, palabras énfasis, se está rearmando, desarmando, contextualizando con la crisis actual. Antes decías profesional, y las aguas se abrían para que pases con tu corte de prestigio, añada, certificación de utilidad para volver a su concepto primario, y no ligado solamente al cobrar por lo que uno realiza, cuyo crecimiento en importancia va en consonancia con la cantidad cobrada y no con el valor real del individuo en el desarrollo de la función encomendada o a la que se dedica por preparación, ocasión o casualidad.
Varios veteranos de la televisión, en su apartado de comunicadores o conductores de programas de entretenimiento o de información, están alertando de la devaluación de este segmento de la vida profesional. Aseguran que no tienen ninguna seguridad y que las empresas buscan rostros atractivos, baratos, a ser posible, sin preocuparse por la experiencia o conocimientos, sino por la inmediatez de la consecución de audiencias. Si se mira algún canal, se comprueba como se copan muchas horas de la parrilla con un confuso reparto en el que se mezclan individuos de ese conglomerado que llamamos tertulianos que opina al por mayor. Y la llegada de personajes sin saber de dónde o de parte de quién llegan y que copan muchos espacios. Sucede en todos los canales y cadenas. Es una clara involución, y además se sabe que se están abaratando los emolumentos, llegando casi a lo simbólico.
Pero se ha disparado el debate al comprobarse que en los presupuestos del 2013, la señora Cospedal ha quitado el salario de los parlamentarios de Castilla-La Mancha. Se quedan solamente con dietas y traslados. Es decir dejan de ser profesionales de la política, para convertirse en aficionados recompensados. ¿Esto es malo, bueno o regular? Desde luego la decisión tomada así de repente, no parece muy lógica, pero ¿no han sido los profesionales de la política partidista los que han ayudado al descrédito de la política? Por otro lado, solamente los funcionarios, los más pudientes podrán dedicarse a estos menesteres de manera integral. La degradación es total y absoluta.