Arian lanza un ERE de extinción a una plantilla que vive del paro desde abril
Los 117 obreros de la constructora Arian en Nafarroa llevan consumiendo su paro desde el mes de abril, debido a un ERE de suspensión. La empresa ahora les ha anunciado un segundo ERE, que se suma al anterior, mediante el cual podrá ir despidiéndoles hasta el año que viene. La situación es desesperada para muchos de los trabajadores, que pueden acabar su prestación antes incluso de ser despedidos.
Aritz INTXUSTA | IRUÑEA
La estrategia de Arian de acoso a sus 117 empleados ha dado un salto cualitativo. Los obreros de la empresa navarra llevan desde abril pasado con un ERE de suspensión, es decir, cobrando del paro, pero sin ser despedidos. En principio, el acuerdo era que recuperaran sus puestos de trabajo en abril del próximo año, pero la empresa acaba de decirles que no todos volverán, sino que les irá despidiendo cuando le venga bien, a través de un ERE suplementario de extinción de contratos.
Se trata de una nueva maniobra de desgaste contra una plantilla en lucha, que ya había llevado a los tribunales el ERE de suspensión. El juicio debiera de haberse celebrado a finales del mes pasado, pero sufrió un aplazamiento y ahora queda por fijar la nueva fecha.
El ERE de suspensión de un año obliga a los trabajadores a consumir el paro de un año entero, con la confianza de que en abril del próximo año recuperen sus puestos de trabajo. Si durante este tiempo alguno se marchara, perdería su derecho a la indemnización. Con la aplicación de este segundo ERE, los trabajadores no pueden abandonar la empresa, pero saben que la mayoría puede acabar en la calle. Con el ERE de extinción puede haber despidos hasta octubre que viene.
«Están intentando que la gente se vaya por agotamiento y necesidad», afirma Luis Pabolleta, de LAB. Este sindicalista explica que hay trabajadores a los que el paro se les acabará antes de abril y que no podrán aguantar. Asimismo, los empleados temen que la constructora esté esperando a que las condiciones de despido sean aún mejores para ella. El responsable de Arian que ha llevado a los trabajadores a esta situación dramática es Patxi Sagardoy, un vecino de Iruñea, según informan los empleados.
El comité avanza nuevas movilizaciones a partir de la semana que viene. Se presume que serán aún más duras que las que han mantenido, porque su situación es sumamente desesperada.
La nueva reunión del comité de Formica con la dirección y los asesores del grupo multinacional Fletcher Building confirmó ayer, a juicio de los representantes sindicales, que no hay una razón objetiva para la rescisión de los 169 trabajadores y el cierre de la planta. Porque en un momento del encuentro, el comité planteó qué coste tendría para el grupo que Galdakao produjera la totalidad de las placas de formica del Estado español, es decir 17,5 millones de metros. «Uno de los directivos de Formica tardó dos minutos en responder. Nos dijo que ninguno. Porque tenemos la maquinaria adecuada, una de ellas parada por decisión de la dirección, pero que está a punto porque se ha hecho el mantenimiento adecuado». Sin embargo, trasladar a Valencia la producción de Galdakao supondrá «un coste de dos millones y la necesidad de realizar obras en aquella planta para habilitar el espacio necesario», como explicó Gotzon Almaraz a GARA. Sin embargo, los asesores de la multinacional están presionando al comité para que «negocie las indemnizaciones de los despidos, que los trabajadores y el comité rechazamos porque no están justificados».
Este viernes a las 19.00 desde Plazakoetxe saldrá una manifestación que recorrerá Galdakao en contra de la desindustrialización. La corporación municipal apoya la protesta por el futuro de Formica, y que también recordará el cierre de otras empresas de la zona. Juanjo BASTERRA