LAB acusó ayer a Iñigo Urkullu (PNV) de «salvar la cara al Estado español, la banca y las grandes constructoras al defender el anticipo de la inversión en el TAV a las urgentes necesidades en materia de salud, educación, pobreza, vivienda o desarrollo económico existentes en nuestro pueblo» y requirió «un cambio radical en las prioridades políticas y económicas».

Tras una asamblea con delegados del sector público, LAB se manifestó por las calles de Bilbo dentro de la Jornada Mundial de Acción que convocó la Federación Sindical Mundial en demanda de la garantía de los derechos básicos universales.

Ainhoa Etxaide, secretaria general de LAB, aseguró que es «necesario» y «urgente» que «estrechemos lazos entre los trabajadores y sindicatos a nivel europeo porque se nos está condenando a la miseria. La alternativa a la troika es la construcción de una Europa social y de los pueblos», precisó.

Etxaide, a la vez, dijo que «salimos a la calle por una defensa del sector público. Porque solo así se puede organizar la economía al servicio de la sociedad y del empleo, que generen inversión en el tejido productivo. Un modelo sostenible y de futuro».

Porque, a juicio de la líder sindical, es «desde el sector público donde se puede poner la política al servicio de la mayoría social trabajadora. Porque mientras se deje la organización de la economía a una élite, que actúa en su beneficio, esta crisis no tendrá salida y seguiremos condenados a la miseria y al paro».

Destrucción del sector público

LAB examinó los presupuestos del Estado español para 2013, que «se han hecho para destruir el sector público. El objetivo que esconden detrás de la obsesión del déficit es seguir desviando dinero al sistema financiero para tapar su agujero y restar capacidad al poder público en la tarea necesaria de reorganizar esta economía».

Lamentó que al PNV y al PSE «lo que les ha activado su alarma de los presupuestos de Rajoy sea que ha bajado la inversión en el TAV. Es escandaloso que su única prioridad sea una obra que significa un lastre para esta sociedad».

Etxaide recordó, por otro lado, que «si hay algo que se ha demostrado en los últimos tiempos es la inutilidad de las políticas basadas en el despilfarro y la especulación. Megaproyectos como el TAV son un ejemplo».

Afirmó que «se ha convertido en un gran lastre» y denunció que las intenciones de Iñigo Urkullu «son una amenaza para el futuro y el bienestar de la sociedad vasca». Porque las obras del TAV «ni han servido para crear empleo de calidad, ni para garantizar la seguridad laboral, ni para mejorar los servicios públicos» porque «el TAV se está tragando nuestro futuro».