Un día después de que la oposición en bloque aprobase en el pleno de Gernika una proposición no de norma en la que se insta a que se inicie la construcción de la variante de Ermua en 2013, los votos de Bildu, PSE y PP volvieron a sacar adelante otra iniciativa en las Juntas Generales de Bizkaia que urge al Gobierno de José Luis Bilbao a presentar un proyecto de derribo del escalextric de Sabino Arana y el comienzo de su ejecución el próximo año.

Al igual que sucedió la víspera, el PNV se quedó ayer solo al incidir en que este proyecto, defendido por su partido desde 1999, se acometerá «cuando las condiciones económicas lo permitan». Su portavoz, Nerea Ahedo, comentó que «no hay fecha -en referencia a la demolición- porque no hay dinero», aunque en el debate posterior aclaró que el derribo del viaducto de Sabino Arana no se encuentra entre las prioridades de la Diputación.

Para la apoderada jeltzale, el objetivo principal era eliminar el ruido y la contaminación, y eso se lograría con la próxima apertura de los accesos a Bilbo por San Mamés, que también mejorará, a su juicio, la «calidad de vida» del vecindario de Santa Ana, Lezeaga y Bentazaharra.

Así, el PNV se abstuvo en la petición formulada por el PP a la Diputación para que presente un proyecto antes del 30 de noviembre y votó en contra de la iniciativa de Bildu y PSE que urgía a garantizar una partida presupuestaria en 2013 para hacer desaparecer la mole de hormigón ubicada en pleno corazón del barrio de Basurto.

El derroche, un obstáculo

No se anduvo por las ramas el portavoz de Bildu, Aitor Torre, quien manifestó que «el mayor obstáculo a la hora de abordar las obras con verdadera demanda social, es el derroche efectuado en grandes infraestructuras deficitarias», citando los 12 millones de euros de déficit por el poco uso de la Supersur o los cerca de 70 millones del rescate de la concesión de los túneles de Artxanda. En cuanto a las prioridades, censuró que el PNV las tenga en el eje radial Gerediaga-Elorrio, cuyo presupuesto se ha disparado ya en 108 millones (de 254 a los 362), cuando se aventura que el derribo de Sabino Arana rondaría los 8 millones de euros.

Torre, al igual que también hicieron PSE y PP, recordó que la desaparición de Sabino Arana ha sido una promesa electoral repetida. Ante los continuos aplazamientos en proyectos como la variante de Ermua o el desdoblamiento de Santo Domingo, desde la primera fuerza de la oposición dijeron que «queda en entredicho la capacidad de gestión de quienes han sido capaces de derrochar en los tiempos de alegría inversora, y no son capaces de atender las necesidades de la ciudadanía en tiempos menos favorables».

Joaquín Colmenero (PSE) insistió en los incumplimientos de promesas electorales de los jeltzales desde 1999, en la época de Josu Bergara. «Han faltado a la palabra, han mentido a los ciudadanos y han incumplido los acuerdos», remarcó. Tampoco perdió la ocasión para preguntar si ahora, cuando se abra al tráfico el acceso por San Mamés, harán lo propio con el clausurado de Juan de Garai.

Quien también fue incisivo en sus intervenciones fue Jesús Isasi (PP), que dijo no entender cómo, después de 15 años de promesas, la Diputación no dispone de un proyecto básico para desmontar la estructura de hormigón de Sabino Arana.