La Policía Foral espera sentencia por una paliza en un momento difícil
El juicio por la paliza de 2008 a Iker Isiegas quedó este viernes visto para sentencia. Mientras tanto, la actuación de la Policía Foral el día de la huelga ha sido puesta en entredicho después de que los testigos coincidan en que fue ese cuerpo el que desató las cargas contra el mitin central de los sindicatos. Su actuación en el inicio de curso de la Universidad Pública de Nafarroa también resultó polémica.
Aritz INTXUSTA |
Cuatro años después, la paliza a Iker Isiegas por parte de agentes de la Policía Foral ha quedado vista para sentencia. El joven tuvo que ser hospitalizado tras un concierto en Berriozar contra el que cargó el cuerpo policial que controla el Gobierno de Nafarroa. Isiegas sufrió numerosas lesiones, la peor de ellas un coagulo en la cabeza. La operación fue calificada por el Ejecutivo de UPN como «ordinaria y correcta», pero ahora quizá tenga que indemnizar al afectado.
El empleo de la violencia contra el concierto de 2008, que contaba con el parabién del Ayuntamiento, se inició por una pancarta. Según la versión ofrecida por los propios agentes, entraron para retirar una enseña en favor de los presos vascos y fueron agredidos por los asistentes. Ellos respondieron con porrazos y enviaron a dos personas al hospital, Isiegas y Alfonso Ernesto (no se presentaron cargos contra ninguno de ellos).
En su relato de los hechos, Isiegas afirmó que la Policía Foral actuó de forma descontrolada al golpear a los asistentes. Las agresiones continuaron incluso cuando Isiegas estaba tendido en el suelo, sin conocimiento. Una de las heridas que sufrió, un porrazo en la espalda, probablemente se debe a un golpe que le propinaron cuando ya había caído.
El caso de Isiegas llega en un contexto de descrédito del cuerpo policial por no haberse sabido controlar en la pasada huelga del día 26. Los incidentes más importantes del 26S nacieron a raíz de la carga policial contra el mitin central de los sindicatos. Los testigos coinciden en que las cargas fueron iniciadas por los policías forales que custodiaban los aledaños del Parlamento. El líder de LAB en Nafarroa, Igor Arroyo, asegura que el mando de la Policía española que dirigía los antidisturbios le confesó ese día que la situación «se le había ido de las manos a la Policía Foral». Al parecer, el responsable de la Policía española considera que sus compañeros del cuerpo autonómico no cuentan con la experiencia suficiente para situaciones de tensión de tal envergadura. Una persona denunció a los agentes de ese dispositivo por agredirle con la porra en esa primera carga, que intentó frenar el parlamentario de NaBai, Patxi Leuza.
Si bien es cierto que el grueso de los heridos -y en particular, el vecino de Atarrabia que puede perder la visión de un ojo, se produjeron por las cargas de la Policía española- la primera acción policial correspondió a los policías forales. Existen vídeos que atestiguan que iniciaron ellos la acometida y pronto se conocerán nuevas imágenes. Al parecer, las cámaras de seguridad del Parlamento lo captaron prácticamente todo. Este lunes, los parlamentarios podrán ver estas grabaciones, aunque no se sabe qué es exactamente lo que mostrarán. Según ha podido saber GARA, las cámaras del Parlamento son inteligentes y se pueden dirigir a un punto concreto, perdiéndose así lo que ocurre en otras zonas.
No obstante, no es la carga irresponsable o mal calibrada contra miles de personas en el Paseo Sarasate el único punto por el que los policías forales han sido denunciados a raíz del 26S. Otras tres personas denunciaron a agentes de ese cuerpo por cargar contra un piquete en Antsoain, junto a un supermercado. Según esta denuncia, la dueña de esa superficie salió en defensa del piquete debido a la gravedad de los golpes.
En último término, otra acción violenta de la Policía Foral acabó en una sesión de control en el Parlamento. Se trata del operativo que participó en la apertura del curso de la UPNA, que se saldó con un herido. El consejero de Interior, Javier Morrás, defendió esta actuación, que fue criticada por el Rectorado y la Asamblea de la UPNA.
Todos los partidos navarros coinciden en que la Policía Foral debe de ser un cuerpo integral y la única duda es si debe ser o no un cuerpo «exclusivo» (es decir, que asuma todas las competencias y vaya desplazando a la Policía española y la Guardia Civil). El desembarco de la Policía Foral como cuerpo antidisturbos es muy reciente. De hecho, la vigilancia de los huelguistas el pasado día 26 correspondía a la Policía española. Los policías forales, en realidad, cumplían su función de protección de las instituciones de Nafarroa. Esto puede explicar la carga imprudente contra el mitin el día de la huelga, pero no sirve como excusa.
Por otro lado, la homogeneización de la policía propia de Nafarroa con el resto de cuerpos es cada vez mayor. En gran parte, esto se debe a la ley de promociones, que facilita el traspaso de los policías de un cuerpo a otro cada vez que se produce una oposición. Sin embargo, en los últimos días, se ha producido una novedad, cuando menos, llamativa. En aras de igualar a todas las policías, el uniforme del cuerpo de forales va a perder la txapela colorada y se sustituirá por una gorra similar a otros agentes. La pérdida del emblema ha provocado quejas, pero también aplausos por sus reminiscencias carlistas. A.I.