Sin goles no hay victorias y sin puntería difícilmente hay goles. De ahí el segundo tropiezo consecutivo del Alavés -esta vez a manos de un Sanse muchísimo más eficaz de cara a puerta- que, por primera vez desde que comenzó la temporada, puede quedar apeado del primer puesto, si Lleida, Eibar o Tudelano suman los tres puntos. Un pequeño bache de resultados que, con todo, no debería hacer mella en el ánimo de los gasteiztarras. No lo hizo en el de su afición, que premió con un sonoro aplauso final el esfuerzo de su equipo ante un rival que olvida el traspié que sufrió una semana atrás y se acomoda en la zona noble de la tabla.

Deseoso de reaccionar tras el bofetón de Ipurua, el Alavés arrancó el choque con gran intensidad, buscando en todo momento la portería defendida en esta ocasión por Ander Bardaji, que acabaría convirtiéndose en uno de los protagonistas de la tarde. Borja Viguera, muy activo ante su exequipo, tuvo la primera ocasión clara, en un mano a mano que se le fue ligeramente desviado. Respondió el filial donostiarra contragolpeando con peligro y una internada de Txomin tuvo que ser despejada por la zaga local con dificultades.

Los de Meho Kodro ejercían una buena presión en todas las líneas, pero con el paso de los minutos su anfitrión le fue cogiendo el truquillo al robo de balones. El peligro del Alavés llegaba por todas partes. Viguera tuvo otra, pero en posición de fuera de juego. Luego fue Guzmán el que disparó desde dentro del área, pero se le marchó por encima del travesaño.

Fue en la recta final del primer tiempo cuando pareció que, definitivamente, iba a cantarse el gol albiazul. Primero, con un centro de Sendoa que Callens sacó sobre la misma línea de gol. Y en el añadido, con un penalti que ejecutó Sendoa y que detuvo Bardaji.

Caprichos del fútbol

Tras el paso por vestuarios, el Alavés regresó dispuesto a seguir dominando. Sendoa, totalmente solo en el área, remató desviado un centro de Guzmán. Después fue Jonan García el que remató un balón que la zaga visitante sacó bajó la línea. Sufría el Sanse, con los locales asediando a Bardaji, y Natxo González movió el banquillo para que su equipo no perdiera un ápice de intensidad.

Pero el fútbol es caprichoso y, cuando peor lo estaba pasando el filial txuriurdin llegó su gol. Un córner aislado, el único acercamiento de los donostiarras en todo el segundo tiempo, permitió a Ozkoidi firmar el 0-1 que, a la postre, sería el definitivo. Y eso que el Alavés no dejó de intentarlo. Hasta una decena de ocasiones acumularon ante la puerta visitante, pero no era su día de cara a gol. Hubo oportunidades de todos los colores -Javi Hernández a la salida de un córner, Negredo en un mano a mano que Bardaji salva sobre la misma línea de gol, Viguera en una acrobacia que también salva el meta visitante...-, pero la portería del Sanse acabó inmaculada y los tres puntos se fueron a Donostia.

Triunfo rojiblanco

En el derbi de Lezama, el Bilbao Athletic rompió su mala racha imponiéndose al Sestao River (2-1). Eraso (18') e Igor Martínez (31') marcaron para el equipo de Ziganda y el rojiblanco cedido en Sestao Orbegozo (69') firmó el tanto visitante de penalti.