Enara Rodríguez, hermana del preso político vasco Arkaitz Rodríguez, presentó el lunes una denuncia en los juzgados de Donostia en la que narra la agresión sufrida al regreso de una visita en la cárcel de Logroño por dos personas que se identificaron como policías.

El ataque tuvo lugar el pasado 28 de setiembre sobre las 18.30, cuando la joven donostiarra retornaba de una visita y circulaba por la A-12 (autovía del Camino) en sentido Iruñea. En un momento dado «un coche gris de la marca Opel Astra» se situó en paralelo a su vehículo.

«Al ver que no adelantaba, aumenté la velocidad; el coche de la izquierda también aumentó la velocidad; entonces disminuí la velocidad y el coche también la disminuyó. El vehículo estaba ocupado por dos hombres», narra Rodríguez.

Según su relato, a la altura de la salida de Arroitz el otro coche «empezó bruscamente a invadir mi carril, obligándome a tomar la salida si no quería que me golpeasen». La joven perdió el control y realizó varios trompos. Tras el susto, una vez recuperada la estabilidad, se detuvo al borde de la carretera.

«Cuando trataba de tranquilizarme apareció nuevamente el coche y, mientras que uno de ellos se puso delante del coche para que no pudiera avanzar, el otro hombre se puso al lado, dando golpes en mi cristal y gritándome cosas como `¡Puta zorra, bájate ya del coche!'», comentó.

«Yo me encontraba muy asustada y les dije que no tenía ninguna intención de salir del coche, que me dejasen en paz y que se fueran. Entonces, me enseñaron una placa de la Policía y me llamaron por mi nombre. Creo que era la placa de la Policía Nacional», indicó.

En ese momento, el hombre que estaba junto a la ventanilla le reclamó la documentación. Enara Rodríguez bajó la ventanilla y «el hombre metió el brazo rápidamente y abrió la puerta, y tirándome del pelo me lanzó al suelo. Encontrándome en el suelo, uno de ellos me pisaba fuertemente para que no pudiera levantarme. A partir de ese momento se incrementaron los insultos, las amenazas y la violencia».

Amenazas y tocamientos

La donostiarra denuncia que a los insultos se sumaron las amenazas de violación y los tocamientos. «Me empezó a tocar el culo y el que en todo momento se dirigía a mí y se encontraba delante me empezó a tocar los pechos. Yo intentaba escapar de mis agresores; eso les enfurecía aún más y me agarraron del cuello. Gritaban todo el rato `eres una zorra valiente, ya veremos si después de violarte sigues igual'».

«Al final, me levantaron del suelo y agarrándome del cuello me dijeron `vamos a jugar a un juego, te damos cinco minutos de ventaja, métete en el coche y corre todo lo que puedas; si te volvemos a ver en la autovía no lo cuentas'. Salí corriendo, arranqué el coche y empecé a conducir a mucha velocidad. Estaba aterrorizada. Transcurridos diez minutos reaccioné y pensé que no podía seguir conduciendo a tal velocidad y tan nerviosa que al final iba a tener un accidente, y pensé que era eso lo que querían, un accidente sin la participación de ellos».

Los portavoces de Etxerat denunciaron que este acoso a la familiar de un preso es «de una gravedad indiscutible», una agresión que se suma a las consecuencias de la dispersión.