«Hay motivos más que suficientes para la no conexión al pantano de Oiola», remarcó ayer Bildu Barakaldo en una nota de prensa con un mensaje dirigido especialmente al Gobierno municipal que dirige Tontxu Rodríguez (PSE), al que exigió el cumplimiento íntegro de la moción aprobada por la Corporación el pasado mes de marzo.

El acuerdo aludido recogía, entre otros puntos, la no conexión a Oiola, la formación de una comisión de seguimiento abierta a la participación de la ciudadanía y la convocatoria de una consulta, en la que los vecinos se pronuncien sobre si quieren correr el riesgo que puede suponer para la salud el consumo de agua procedente de Oiola, recordó la coalición.

Junto al compromiso adquirido entonces por el Gobierno de Rodríguez, Bildu expresó su «total desacuerdo» con el bando con el que la Alcaldía ha querido atajar la alarma social, señalando que el agua del embalse de Oiola «es 100% apta para el consumo humano y de excelente calidad» y criticó que alegaciones de asociaciones y organizaciones populares se hayan rechazado «vía decreto».

«Seguro de un agua que no bebe»

Bildu criticó que el alcalde afirme que «es seguro beber agua de Oiola», cuando reside fuera del municipio y recordó las palabras de la directora de Salud Pública de Lakua, la doctora Mercedes Estebánez, en una sesión de la Mesa de Crisis, en la que llamó a «extremar las precuaciones», ya que en lo que se refiere a los depósitos de lindano, «aunque el registro sea muy bajo no es nulo». La formación independentista denunció, por otra parte, que se utilicen «argumentos de coste económico» al decidir sobre el abastecimiento de agua que puede representar un riesgo, y recordó que el representante municipal aludió en la misma mesa al «gasto desorbitado» que supondría prescindir de Oiola.

Los vecinos de Barakaldo llevan más de dos meses consumiendo agua procedente del citado embalse, cuya salud ambiental está en entredicho dada la constatación de que existen depósitos de lindano en la cuenca. El movimiento ecologista ha advertido, además, de que también los vecinos de Sestao están expuestos al riesgo, ya que el agua de Barakaldo pasa por la misma estación que atraviesan los caudales de Artiba y Nocedal, que abastecen Sestao.