LAB apuesta por una banca pública y por dar valor a las cajas vascas
LAB apuesta por una banca pública y por devolver a las cajas vascas el negocio financiero y social que tenían hasta que PNV, PP y PSE acordaron modificar la Ley de Cajas Vascas. De esa manera, el banco privado Kutxabank se ha quedado con ese negocio y «no es ajeno a la especulación». LAB pide «revertir la situación» en las asambleas de noviembre y, a la vez, pide al nuevo Parlamento y al Gobierno de Gasteiz que impulsen las cajas con carácter público y social.
Juanjo BASTERRA | BILBO
Delegados sindicales de LAB en BBK, Vital, Kutxa y CAN rechazaron el rumbo que han tomado las cajas vascas al integrarse en Kutxabank, «un banco privado en el que depositamos nuestros ahorros en manos de especuladores». Andoni Irigoien, delegado sindical de LAB en BBK, y Bea Martxueta, de la ejecutiva de LAB, llamaron a parar en noviembre en las nuevas asambleas, con una nueva composición de las mismas, la decisión adoptada en julio de «adecuarse a la nueva legislación vasca que obliga a las cajas a transformarse en una fundación privada, se reduce la participación pública y se relega la obra social».
Irigoien afirmó que la decisión de las asambleas de BBK, Vital y Kutxa fue «la sentencia de muerte de las cajas vascas» y es un paso hacia «su disolución». LAB reclamó que se revierta la decisión para que las cajas vascas tengan su papel preponderante y social, «como ocurre en Alemania con más de 400 cajas», y, a la vez, apuesta por «una banca pública vasca que incida en el tejido productivo, más en este momento de crisis económica».
Martxueta explicó que la situación de Kutxabank «es preocupante», porque su carácter privado deja «el ahorro de más del 50% de los vascos en manos de los especuladores, no del tejido productivo vasco», precisó.
«Hundidos en la crisis»
Andoni Irigoien sostuvo que «hundidos en una crisis tremenda, la banca española es un desastre total y las cajas de ahorro del Estado son verdaderos agujeros negros, porque han actuado como si fueran bancos y han invertido fortunas, cantidades multimillonarias en operaciones más que dudosas y especulativas». El representante de LAB en BBK admitió que «las cajas vascas estaban algo mejor», pero «traspasaron su negocio a un banco, Kutxabank, con la excusa de aumentar el capital propio. Querer comprar barato cosas ajenas a tu negocio tradicional es especular y para evitarlo solo hay un remedio que pasa por el control público». En este sentido, Irigoien afirmó que «si BBK, Kutxa y Vital no hubieran creado Kutxabank no tendrían por qué desaparecer, de hecho no tienen por qué hacerlo todavía, bastaría con devolver a las cajas su negocio tradicional y de paso garantizar su control público».
LAB señaló que «el PNV y el PP han iniciado este camino con la ayuda del PSOE y pueden retroceder, pero parece que no quieren» y se preguntó «por qué temen tanto al control público, porque ese control es la democracia del dinero. La única forma de evitar el desastre y de asegurar un futuro para este país, pero ellos el dinero lo prefieren para su chanchullos».
Banca pública
Bea Martxueta insistió en que es necesario una banca pública y «revertir» la decisión de que Kutxabank se quede con el negocio financiero porque «si sale a bolsa y el capital se va de Euskal Herria, vamos a tener que esperar y sufrir muchísimo más para controlar nuestra propia economía». Pusieron el ejemplo de la CAN, «que está desaparecida ya en estos momentos».
Llamó a «parar esta locura» y pidió al nuevo Parlamento y Gobierno de la CAV «que elaboren una Ley para asegurar la publificación de las cajas vascas y un plan estratégico que permita hacerlo posible»: que haya un control público de las cajas, que no se recurra a la financiación europea ni del FROB, que se impulse la obra social, que se cree una red pública de viviendas de alquiler y que se termine con los desahucios.
El próximo 17 de octubre realizarán una concentración a las 11.00 ante Kutxabank en la Gran Vía de Bilbo para «defender la razón pública y social de las cajas vascas frente a la amenaza de los especuladores».
La central sindical asegura que la auditoria «no es más que un mero ejercicio de simulación que dice lo que quieren que diga. Es un análisis tendencioso y arbitrario que no refleja la realidad ni de la banca del Estado español ni la de Kutxabank».