Como al resto de estamentos de la sociedad, la crisis económica ha llegado al mundo de la pelota, que intenta readecuarse a una situación financiera muy adversa para sus intereses. El descenso de la asistencia a los frontones, la dificultad de colocar festivales y la disminución de las apuestas han obligado a todas las empresas a replantearse su funcionamiento.

Aspe fue la primera en lanzar un S.O.S. con un comunicado a finales de agosto en el que anunció que iba a comenzar unas negociaciones con sus pelotaris y profesionales, planteándoles una rebaja en sus sueldos de entre el 5% y el 15%. Apenas mes y medio después, las negociaciones parecen haber llegado a buen puerto -entremedio se han dado renovaciones como las de David Merino y José Javier Zabaleta-, ya que la promotora eibartarra emitió ayer otro comunicado con el que quiso «agradecer públicamente la actitud de sus pelotaris y trabajadores, que han sabido estar a la altura de las circunstancias en unos momentos en los que la empresa está atravesando serias dificultades debido a la especial incidencia que la actual crisis económica está teniendo en una actividad lúdica como la nuestra».

Sin ofrecer datos -finalmente los pelotaris con nóminas más bajas no han visto bajar sus emolumentos-, la nota expresa que la comprensión y la aceptación del personal de Aspe hacia las medidas planteadas «nos anima y da fuerzas para afrontar el futuro con optimismo, ya que estamos convencidos que con este equipo humano podremos superar cualquier tipo de dificultades».

Propuesta novedosa en remonte

Si la situación en la mano es muy complicada, qué decir de especialidades mucho más minoritarias como el remonte, en estado crítico. Así, según desveló Joxemari Barrenetxea, miembro de Oriamendi, en «Katedra» de Euskadi Irratia, acaban de firmar un acuerdo con los pelotaris por el que, en vez de cobrar un fijo por partido, lo harán dependiendo de los ingresos.

Barrenetxea reconoció que se han topado con una situación más dura de la esperada hace dos años y medio, cuando se hicieron con la gerencia del remonte, pero no tienen intención de tirar la toalla, por lo que han presentado un plan que cuenta con el visto bueno de los pelotaris y por el que la empresa renuncia a su parte económica durante un año.

Según esta nueva fórmula, «sumaremos lo que ingresemos de taquilla, corredores, barras del frontón, sponsors, televisiones, festivales que se organizan fuera... y le restaremos los gastos ordinarios».

Se entiende que de ese ejercicio quedará una cantidad económica que se repartirá en dos partes, ya que la gerencia se ha planteado ejercer sin percibir ninguna cantidad, confiando en que el remonte pueda salir adelante en este complicado panorama. El dinero generado se repartirá entre los pelotaris, que conforman una de las partes y la otra está compuesta por el resto de trabajadores fijos del frontón -administradores, jueces, cesteros, fabricantes de pelotas, camareros...-.