Raimundo Fitero
Organizados
Lo que sucedió es que se mezclaron manifestación españolista en Barcelona, encabezadas por lo más granado del pensamiento reaccionario, una concentración que se multiplicó de manera milagrosa por los funcionarios afectos y convertido en masas por los periodistas del régimen marianista y las cuentas ultra católicas que desbordan cualquier razonamiento aritmético para entrar en el delirio. Lo bueno es que se sabe antes de empezar el número de participantes de las acciones callejeras de las gaviotas azuladas. Y nunca fallan las previsiones. Es más, se superan siempre.
En Barcelona unos, pero a Bilbao mandaron a los otros, a los cachorros fascistas más violentos, los que tienen siempre a punto para reventar manifestaciones, provocar altercados, sacar su cara más real, la auténtica, aunque les sirva después para mostrarse como centristas ante estos fachas, a los que uno podría identificar, porque sus caras me suenan. Son los de siempre. Son los de hace treinta, veinte años, con la misma consigna y uno sospecha que pagados, alentados, entrenados en los mismos lugares, cumpliendo con un objetivo muy concreto, el de avivar a la caverna, amedrentar a los tibios y crear un claroscuro. Están muy organizados, unos desfilan, otros besan las manos de la familia política de Urdangarin, otros medran para salir en la foto con la cabra, y otros van españolizando a hostias todo lo que pillan.