GIRA POR EUSKAL HERRIA DE FITO Y FITIPALDIS
«El teatro se acerca a lo que deseo, simplificar y humanizar las giras»
Tras dos años de silencio y sin nuevo trabajo de por medio, Fito & Fitipaldis arranca una gira que aparca los grandes recintos y levanta el telón de los teatros más emblemáticos, para sonar íntimo y cercano. Este lunes y martes actúa en el Kursal de Donostia y en diciembre la gira recalará en Gasteiz y Bilbo, ciudad donde tocará tres noches consecutivas.
Anartz BILBAO | BILBO
Fito Cabrales atiende relajado a sus compromisos con la prensa, aunque el puntito de tensión que se le intuye revela que está presto a acometer una nueva gira. Gira soñada por cualquier músico de rock & roll ya que es la manera más directa y sencilla de acercarse al público, de sonar más íntimo.
Inmerso en la promoción de la gira, el músico bilbaino confiesa que «asimilo que es parte del trabajo, aunque siempre digo que cuando un chaval de quince años compra una guitarra lo que quiere es tocar, no dar entrevistas». Para él, la clave de todo es «hacer las cosas de manera que te resulte agradable». No solo la promoción, por lo que añade: «yo he tardado a lo mejor diez discos en disfrutar al entrar en un estudio y grabar un disco, antes era puro trámite para poder tocar en directo».
El ex-guitarrista de Platero y Tú abrió gira en Oviedo, iniciando así una ronda que, tras dos años de silencio y el recuerdo ya lejano de su extensa y multitudinaria tournée anterior, visitará quince ciudades del Estado, con una treintena de actuaciones en directo. Un proyecto que lo aproxima, salvando las distancias, a recuperar esencias lejanas, a volver a tocar en pequeñas salas. Tras «disfrutar» de dos giras bárbaras, el equipo de los Fitipaldis se planteó el futuro y lo visualizó en emplazamientos más reducidos. «No quisiera dar la sensación de que me estoy quejando. Tocar ante 18.000 personas por bolo está muy bien, no le pasa a cualquiera y tengo que estar agradecido. Pero lo hemos hecho ya y... qué hago en la siguiente, ¿traigo trapecistas?», sonríe divertido. Y es que llega un momento en el que, según confiesa el propio músico, «se acaba la magia». Por lo tanto, «lo más natural era volver a hacer lo que he hecho siempre. En bares de colegas ya no puedo tocar, pero en teatros sí». En definitiva, esta es la manera de hacer las giras y todo lo que conlleva (viajes, equipo) más llevadero. «Me apetece simplificar y humanizar las giras y tocar en teatros es lo que más se acerca a lo que quiero hacer realmente».
Cabe recordar que en las dos giras anteriores Fito & Fitipaldis congregó, en alrededor de 200 fechas, a más de millón y medio de espectadores. Hasta que, exhausto, el carismático Fito decidió parar. «Cuando haces giras tan extensas en el tiempo (se toma una pausa). a veces lo que más te apetece es quedarte en casa. Puedes llegar a perder la chispa´ porque es humano que alguien se aburra de hacer siempre lo mismo». En ese sentido, el bilbaino sintió la necesidad de no hacer más eventos multitudinarios: «de momento», puntualiza. «Como en la vida, a veces necesito cambiar, si no me automatizo demasiado, no siento lo que toco y todo es mentira. Necesito tener magia, porque de lo contrario es muy difícil subirse encima de un escenario».
Paradójicamente, entre gira y gira lo que más ocupa al carismático músico es «olvidarme de ellas y de todo lo demás», aunque reconoce que siempre tiene la guitarra en la mano, «aunque esté viendo el Teleberri». «Tengo dos chavales, intento estar con ellos y hacer vida normal, estar tranquilamente en el pueblo... aunque a veces cuesta, pones la radio y suenas tú!». Y una vez reposado el pulso... vuelta a la carretera. «Luego es una putada porque de repente tienes que salir de ruta y estoy fatal de los nervios. Tienes que tener seguridad en tí mismo, hasta un extra de ego que en la vida diaria te sobra, pero que al subirte al escenario...».
Teatros
La decisión de idear una gira por teatros y auditorios tiene sus pros y sus contras. «Realmente aspectos negativos pocos, quizá el económico -confiesa Fito-. Artísticamente, como es algo que nosotros decidimos hacer, todo son ventajas». Mientras que en conciertos para aforos gigantescos todo está muy medido (diseño de escenario, pantallas...), «el teatro crea una libertad de tiempos». Además, la banda está más próxima de un público que, al estar sentado cómodamente en el patio de butacas, será más contemplativo. «En lo musical no buscamos el subidón, no me los imagino dando palmas y cantando... ya os contaré». Por lo tanto, la única pega que el bilbaino encuentra a la nueva propuesta es que «vas más apretado, los teatros cuestan más dinero, hay más localidades... y estamos en crisis».
Pero indudablemente, el continente incidirá en el contenido, por lo que el repertorio y, sobre todo, la manera de abordarlo, varía. «Si estás en un teatro tienes que interactuar con el espacio, y las canciones tendrán otra vuelta, pues están pensadas para una audiencia que esté sentada. No quiero tocar igual que en el BBK Live y reventar cabezas con el Marshall a tope a tres metros del público». Sin embargo, este enfoque diferente no significa que se haya planteado una gira unplugged con dos guitarras acústicas, no. «Ni vamos a tocar sentados ni las lecturas de las canciones dan como resultado baladas más lentas. Vamos la misma banda con muchos más cacharros». Y tocarán, cómo no, rock & roll.
Fito estará acompañado, una vez más, con la banda que reunió en su última etapa; Carlos Raya (guitarra), Javier Alzola (saxofón), Joserra Senperena (teclados), Daniel Griffin (batería) y Alejandro 'Boli' Climent (bajo). «Llevaba una trayectoria en la que cambiada un par de músicos por cada gira, pero realmente me encuentro muy a gusto con cada uno de los músicos, tanto dentro del escenario como fuera de él. La conexión es total, es buen momento para realizar una gira íntima».
«Cada vez nos hace falta ensayar más», bromea el bilbaino, para asegurar que lo han hecho,q ue no hay excepción. «Nos ha costado un montón, pero llegamos con los deberes hechos. Más que el interpretar, lo difícil ha sido, a nivel técnico, sonorizar los cacharros que llevamos (mandolas, mandolinas, banjos...). Hemos tenido problemas desconocidos para una banda de rock y con las que los músicos de folk, al acostumbrar a tocar en acústico, están más habituados».
Esta nueva gira de Fito & Fitipaldis se inicia a tres años del último trabajo discográfico de la banda y no supone la antesala del próximo. «Pensando en ello sí que estoy, me encantaría [publicar un nuevo disco]. Tocas y tocas esperando que se te ocurra una melodía bonita pero... la verdad, es que no me sale» -sensación que define como árida-. De todas formas, prosigue, «si no grabo un disco más en toda mi vida, pues no lo grabo»; ya que en el estudio siempre ha entrado convencido de dar con «el mejor disco de mi vida». «Quiero grabar algo que me encante, es la única manera que entiendo pueda hacerse. Necesito esa sensación, te sientes válido, vivo».
Ante la tan temida subida del IVA al sector cultural, como se recordará en vigor desde el 1 de setiembre, Last Tour International, empresa mánager de Fito & Fitipaldis y organizadora de la gira por teatros y auditorios, anunció asumir la mitad de dicho incremento, por lo que no carga al público la subida íntegra del 13 % (el porcentaje crece del 8 al 21%). El propio Fito asume, por lo tanto, un 6,5% del precio de las entradas; las cuales, por cierto, cuestan de 35 a 60 euros en sus actuaciones de Euskal Herria.
Esta última cuestión agrava la situación que actualmente vive la música en vivo, según algunos promotores herida casi de muerte. «Es preocupante hasta la extenuación –relata Fito, a pesar de tener éxito y reconocimiento masivo–. Yo tengo trabajo y, me vaya mejor o peor, hago giras. Pero tengo muchos amigos músicos sin trabajo y me parece injusto. Además, también soy público», y como tal, el músico bilbaino cree que, de proseguir la situación actual, los conciertos en directo se convertirán, como antaño, en lujo para minorías pudientes.
«Cuando cayó la venta de discos muchos dijimos: nos queda el directo». Pero ahora la gente es muy selectiva, la salida se aprieta. «Entiendo que la música no se considere de primera necesidad, pero se exprime demasiado. La cultura no puede ser un lujo, como no puede serlo la sanidad, la cultura debe igualarnos a todos. Creo que hacen falta músicos».
A pesar de todo, el carismático músico sigue manteniendo el tirón, según demuestra las nuevas fechas que se han sumado a la gira inicial. A Euskal Herria recala mañana, para actuar dos noches consecutivas en el Kursaal donostiarra, con entradas a 40 y 50 euros y el papel del día 16 agotado. Tiene mérito, ya que son días laborables poco atractivos desde el ánimo colectivo, aún menos el lunes, día para el que todavía quedan bastantes entradas.
Después, llegará al Teatro Principal de Gasteiz, será el 1 de diciembre. Las entradas se pondrán a la venta a partir del 6 de noviembre. En Bilbo, serán tres noches consecutivas las que acogerán la actuación de uno de sus hijos pródigos, del 6 al 8 de diciembre, en el Palacio Euskalduna. Los precios, de 35 a 60 euros según zona. Las entradas para el 7 están agotadas, para el 8 quedan pocas y más holgada se muestra la fecha del 6..
El interesado en acudir a alguna de las actuaciones de Fito & Fitipaldis tienen a su disposición una aplicación para smartphones (Apple y Android), con amplia información práctica y dinámica. La encontrará en www.fitoyfitipaldis.com.A.B.