Los partidos políticos, sindicatos y organismos sociales firmantes del Acuerdo de Gernika llevaron a cabo ayer en Donostia una concentración en protesta por la agresión denunciada por Enara Rodríguez, hermana del preso Arkaitz Rodríguez, cuando retornaba de una visita de la prisión de Logroño.

Al acto, que tuvo lugar junto a la sede del Gobierno Civil en Amara, asistió más de un centenar de personas, entre las cuales había una nutrida representación del Consistorio de la capital guipuzcoana con el alcalde Juan Karlos Izagirre a la cabeza y otras integrantes del equipo de gobierno como Naiara Sampedro (Igualdad, Migración y Juventud), Nekane Burutaran (Recursos Humanos y Protección Civil) o Nerea Txapartegi (Cultura y Euskara).

También se pudo ver al cabeza de lista de EH Bildu por Gipuzkoa, Xabier Isasi, junto a otras integrantes de su lista como Marian Beitialarrangoitia o Ainhoa Beola.

La protesta se desarrolló en silencio y tras una pancarta en la que se podía leer el lema «Konponbide garaia da. ¡Desactivación de todas las violencias ya!». En nombre de los firmantes del Acuerdo de Gernika, la sindicalista de LAB Lourdes Eraso manifestó que el objetivo de esta concentración era denunciar que «la violencia del Estado persiste a pesar de la voluntad mayoritaria de este pueblo».

Consideró que «desde una parte se han dado pasos pero desde la otra no», y aseveró que «volveremos a concentrarnos las veces que haga falta».

Denuncia judicial

Enara Rodríguez presentó el lunes una denuncia en los juzgados de Donostia en la que narraba la agresión sufrida al regreso de una visita en la cárcel de Logroño por dos personas que se identificaron como policías.

El ataque tuvo lugar el pasado 28 de setiembre sobre las 18.30, cuando la joven donostiarra retornaba de una visita y circulaba por la A-12 (autovía del Camino) en sentido Iruñea. Otro vehículo se puso en paralelo y le obligó a abandonar la carretera bruscamente, por lo que perdió el control y realizó varios trompos. Una vez recuperada la estabilidad, se detuvo al borde de la carretera.

Según su relato, en ese momento aparecieron los dos ocupantes del otro turismo, que le mostraron una placa policial y le obligaron violentamente a bajarse de su coche. Una vez fuera comenzaron los golpes, las vejaciones y las amenazas de índole sexual.

«Me empezó a tocar el culo y el que en todo momento se dirigía a mí y se encontraba delante me empezó a tocar los pechos. Yo intentaba escapar de mis agresores; eso les enfurecía aún más y me agarraron del cuello. Gritaban todo el rato `eres una zorra valiente, ya veremos si después de violarte sigues igual'», narró. Finalmente la dejaron marcharse, no sin antes reiterar las amenazas: «Si te volvemos a ver en la autovía no lo cuentas».