Ha costado, pero la conjunción entre una madurez labrada a golpe de debate de bases y la cascada de acontecimientos que han sacudido el Principat en las últimas semanas llevaron ayer a los 650 militantes de las Candidatures d'Unitat Popular (CUP) reunidos en Molins de Rei (Barcelona) a decidir que esta vez sí, que el 25 de noviembre estarán presentes en las papeletas electorales de las que saldrá un nuevo Parlament. Lo harán sumando a sus siglas el epílogo Alter- nativa d'Esquerres (CUP-AN), con la que quieren sumar independientes y movimientos sociales de base.

Buena muestra de ello es el cabeza de lista por Barcelona, el periodista y activista social David Fernàndez, miembro del equipo editor del semanario `La Directa' y colaborador, entre otros medios, de GARA. Como ya lo hiciera en las últimas elecciones municipales, Fernàndez se suma a las listas en calidad de independiente. Le acompañarán Lluc Salellas en Girona, Antonieta Jané en Lleida y Jordi Martí en Tarragona.

En la rueda de prensa posterior a la maratoniana asamblea de cinco horas, el portavoz del secretariado nacional, Albert Botran, señaló que la decisión de ayer fue «la culminación de las asambleas abiertas» que durante las últimas semanas se han celebrado a lo largo y ancho del territorio, «con la participación de más de un millar de personas». Botran también explicó que buena parte de la asamblea se dedicó a la confección de los 18 puntos que compondrán el programa electoral y que irán desgranando en los próximos días. Pero los ejes los dejó claros: «La defensa de la independencia de los Països Catalans y la transformación social». Preguntado por las propuestas económicas, el portavoz adelantó que se dibujarían con el objetivo de «repartir el trabajo y la riqueza», algo que en la concreta inmediatez se traduciría en el combate «a los recortes, el paro y la pobreza».

Por su lado, David Fernàndez -que, preguntado por sus objetivos, se apresuró a dejar claro que él, de objetivos personales, «ninguno»- basó la propuesta de las CUP para estas elecciones en «la ruptura democrática y la transformación social». Dejando claro que «vienen de muy lejos», Fernàndez apostó por «dar voz a los que no la tienen, a los excluidos», recogiendo «el legado histórico de tantos años y tantas personas» de la izquierda independentista catalana y las «aportaciones fértiles» de la infinidad de movimientos sociales de base de hoy en día.

Sin fijarse objetivos en cuanto a la representación que puedan obtener el 25-N, las CUP tienen como primer reto conseguir los 5.000 avales necesarios para poder presentarse a las elecciones. Algo que, en palabras de Botran, asumen «con mucha fuerza» y que, a tenor de los resultados en las últimas municipales de 2011 -sexta fuerza política en Principat con más de 65.000 votos- no tendrán problemas en conseguir.