Ipurua recupera su condición de fortín. El Eibar no ha dejado escapar un solo punto de su estadio, donde no hay quien le tosa. Con un rendimiento a domicilio que también gana enteros, el resultado es evidente. Los armeros duermen en la segunda plaza, a un solo punto del liderato, aún en manos del Alavés.

Fue, la de ayer, una goleada para mirar hacia lo alto. Porque premió la ambición armera, porque confirmó su buena situación clasificatoria y también porque tuvo un destinatario claro. El expresidente azulgrana Jaime Barriuso, fallecido el pasado viernes.

El choque se puso de cara de inmediato. Diego Jiménez dio el primer aviso y, de inmediato, Ander Capa anotó el primer gol. Un derechazo inapelable que entró por la escuadra. No llegó la tranquilidad, sin embargo, en un tramo de superioridad con peros. Dominaba el Eibar pero no mataba; se defendía bien pero no acababa de evitar que el Teruel, mejor de medio campo hacia adelante, inquietase de manera intermitente a Xabi. Menos aún en la reanudación, que empezó con los maños algo más puestos y con un guión similar al inicial de su anfitrión. En este caso fue Fonsi el que avisó y Richy el que marcó, con un zapatazo lejano que sacudió las telarañas de la portería.

Tuvo la fortuna el Eibar de recuperar ventaja de inmediato. También con un bonito tanto, obra de Abaroa, que controló con la diestra y marcó con la zurda. Y tuvo el acierto el equipo de Gaizka Garitano de no conformarse. Apareció en escena la versión más ambiciosa del cuadro armero que, pese a la importante cita que le espera el miércoles, no se dejó nada. En favor del Teruel hay que decir que tampoco se vino abajo, ni siquiera cuando llegó el tercero, con un buen remate de Diego Jiménez, que tocó en Cristian antes de perforar las redes.

Pero poco podían hacer los turolenses ante un rival que olió sangre y afiló los colmillos. Las llegadas al área visitante se sucedieron, con gol anulado incluido -en la primera parte el árbitro ya se había comido un penalti clarísimo sobre Arruabarrena-, y el cuarto acabó llegando. Fue Mainz, solo en el área, el que firmó la puntilla.

Funeral

La parroquia de San Andrés acogió ayer el funeral por Jaime Barriuso. En la iglesia, abarrotada, no faltaron directivos, jugadores o técnicos que han pasado por el Eibar a lo largo de los últimos años, así como representantes de diversos equipos e instituciones, que quisieron arropar a los allegados del que fuera presidente armero durante ocho temporadas.