Corrugados de Azpeitia sigue los pasos de Laminaciones Arregui
Este próximo martes en la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) se celebrará el juicio por los 70 despidos de Corrugados Azpeitia. Siguen los pasos de Laminaciones Arregui. David García y Nando Anguiano, del comité de la empresa alavesa, reclaman a los políticos que den marcha atrás a la reforma laboral que permite esos despidos colectivos «por antojo del empresario».
Juanjo BASTERRA | BILBO
Nando Anguiano, de ELA y presidente del comité, y David García, de LAB, todavía están digeriendo la sentencia favorable a los trabajadores despedidos de Laminaciones Arregui dictada por el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV), que echó por tierra las pretensiones de la empresa de despedir a 178 trabajadores que mantienen la huelga para impedir que la dirección aplique a «su antojo» el expediente sin haberlo negociado con el comité.
Este martes pasarán por la sede del TSJPV en Bilbo los trabajadores de Corrugados Azpeitia, que han denunciado el despido colectivo contra 70 trabajadores. Esperan una decisión similar a Laminaciones Arregui.
Los dos sindicalistas de la empresa alavesa sostienen que «el conflicto no ha terminado: la empresa tienen que negociar y debe hacerlo con buena voluntad. Como le propusimos debe explorar la vía de la salida voluntaria de la fábrica».
Ellos explican en GARA que «la dirección está obligada, incluso condenada, a sentarse a negociar, si quiere una salida al conflicto». Afirman que los trabajadores entenderían ese paso y con muchas probabilidades «dejaríamos la huelga indefinida». Aunque la dirección del grupo Celsa Atlantic está dispuesta al recurso de casación contra la sentencia del alto tribunal, lo que se entiende como un nuevo desafío de la dirección frente a la plantilla.
Partidos políticos
El comité sitúa la clave para un entendimiento en la presión que puedan ejercer agentes externos al conflicto, como los partidos políticos. Para ello están manteniendo contactos con todos ellos.
La lucha de los trabajadores de Laminaciones Arregui con más de seis meses de huelga es significativa. Los sindicalistas de ELA y LAB sostienen que el problema «radica» en que la nueva legislación laboral, aprobada por el PP, permite el despido colectivo «siempre y cuando el empresario decida hacerlo».
A juicio de David García y Nando Anguiano es ahí donde se encuentra la principal dificultad. Por lo que desde ELA y LAB se reclamó a los partidos políticos que cambien esa legislación y que blinden la negociación colectiva en Hego Euskal Herria para que no se pueda aplicar los convenios y las condiciones laborales del resto del Estado español «porque nuestras condiciones no tienen nada que ver con el resto del Estado español. Ahí empieza el problema, porque los empresarios con varias plantas, en este caso Celsa Atlantic, tratan de sacar mucho partido a esa legislación beneficiosa para ellos», precisaron ambos sindicalistas.
David García criticó que el lehendakari en funciones, Patxi López, dijera que «no tiene nada que hacer contra la reforma laboral, que es cosa de los juzgados». El sindicalista de LAB insistió en que «no es solo nuestro problema, porque más trabajadores vascos que se encuentran con situaciones similares como Cementos Lemona, Corrugados Azpeitia, Aeropuerto de Foronda y Formica, entre otros muchos. Si se hubieran opuesto a estas medidas, sería diferente». En este caso, dejó claro que los junteros de Bildu de Araba presentaron una serie de iniciativas para crear «una mesa de empresas en crisis» para que actúe de mediadora, «pero no salió adelante. Está claro que no quieren poner los medios para resolver los conflictos de manera adecuada. Porque, de esta manera, los empresarios tienen la sartén por el mango, mientras que nosotros no podemos hacer nada». En este caso, Nando Anguiano, de ELA, reconoció que «Patxi López está de mero espectador de los problemas», lo que permite a los empresarios que, «como es nuestro caso -dijo el representante de ELA- que se pongan en el momento de salida de la crisis con unas plantillas y un sistema de trabajo que favorece solo a los empresarios para obtener más beneficios. Porque este fuerte conflicto que mantenemos, no se hubiera producido si no estuviera en vigor la reforma laboral». A juicio de Anguiano, «el año pasado estuvimos peor, pero Celsa Atlantic no presentó expediente alguno. Entre el primer trimestre de este año y el final del otro hemos incrementado un 40% las ventas y presentó el expediente para despedir a 91 trabajadores».
David García recordó, además, que en la lista que fijo situó a trabajadores con varios hijos o a trabajadores de edad, «que están muy zurrados por el trabajo». En este caso, Nando Anguiano añadió que «en esta empresa se trabaja mucho y tenemos mucha suerte en los accidentes, pero hace poco hice un curso de salud laboral y ya nos pusieron el sobrenombre de `amputaciones Arregui». Ambos reconocieron que a los empresarios no les preocupa «la situación de los trabajadores. Solo quiere que trabajemos más horas, por menos salario y a unos ritmos elevados. Ese es el problema».
Ambos insistieron que el grupo Celsa Atlantic tiene pocos costes, porque todas las plantas del grupo fabrican los diferentes materiales. Por ejemplo, recordaron que en Nervacero «se descubrió en agosto que había habido un desfalco porque se variaban las calidades del acero. Cuando nos suministraban la materia prima, en Laminaciones Arregui se detectó la baja calidad del acero. A partir de ese momento, nos hemos enterado que Nervacero está produciendo no solo mejor, sino más, con lo que los datos de producción mejorarán», precisó.
Coste laboral
Laminaciones Arregui produce entre 300.000 y 400.000 toneladas de tubo, fleje, etc. «Trabajamos al 100%. No paramos. Pero, a pesar de ello, la empresa pretende reducir la plantilla y los salarios. No aceptamos eso»«, dijo.
En este caso, David García remarcó que «el coste salarial en los balances, donde está incluida la planta gallega de Laracha, representa el 6% del coste y la rebaja de los salarios supondría reducir un 1% el gasto total. Lo comento porque esto no es lo que puede comprometer el futuro de la empresa y, en cambio, si se reduce el empleo, sí. Porque tendremos que trabajar más tiempo y ya lo hacemos, no en estos meses que estamos de huelga, evidentemente, pero trabajamos a tope».
Nando Anguiano y David García, representantes de ELA y LAB respectivamente, entienden que «la sentencia del TSJPV ha servido no solo para nosotros. Nos ha aportado oxígeno, pero el mayor problema radica en que la empresa no quiere dialogar. Por eso, tenemos que continuar con las movilizaciones y con nuestros contactos para intentar conseguir que Celsa Atlantic negocie con el comité».
Los seis meses de huelga de 178 trabajadores de Laminaciones Arregui ha despertado el apoyo y la solidaridad de otros trabajadores en Gasteiz, en Agurain, Legutio, en Hego Euskal Herria, lo mismo que en la planta de Barcelona de Celsa Atlantic.
«Estamos muy agradecidos, porque cuando sientes el calor y el ánimo entre otros trabajadores, la moral sube. Creces. Está claro que hemos ganado con la lucha», como dijo Nando Anguiano, a lo que añadió David García que «un tribunal nos ha dado la razón y la satisfacción. Pero tenemos que recordar la solidaridad en Agurain o de la Asociación Alde Zaharra».
Ambos reconocen que esta situación es dura. «Porque de la noche a la mañana te dicen que estás en la calle. Porque la ley se lo permite, porque se niegan a negociar, como decíamos antes». Sin embargo, los dos sindicalistas llaman a los empresarios a que «actúen com un poco de cabeza» porque entienden que «si nos mandan a la calle, nos pagan poco tendrán que darse cuenta que tampoco vamos a poder comprar sus productos. ¿Para qué producir así?».
A su juicio, la salida se encuentra en que la dirección se siente a dialogar, pero «recordaron a PSOE y PP que si le quitamos al trabajador todo, no tiene futuro. Ellos no se van a poder ir de rositas si esto continúa así. Está claro que hay que dar un golpe encima de la mesa porque estos recortes brutales nos dejan sin oxígeno. tenemos que mirar a Grecia por ahí pasa nuestro futuro y, lo que estamos viendo, es muy negativo», dijeron. J. BASTERRA