Anaitasuna y Valladolid cierran este mediodía la sexta jornada liguera (12.30, Gude y Gude -CAV-), a la que llegan compartiendo la última plaza de la clasificación como únicos equipos que aún no han sumado ningún punto, tras la victoria del Palma del Río ayer ante el Guadalajara (28-26). Sin embargo, las sensaciones son completamente diferentes en uno y otro equipo. Anaitasuna ha tenido un inicio de calendario muy duro y se ha enfrentado ya a los tres primeros clasificados, mientras que el rival más fuerte de los pucelanos hasta ahora ha sido el cuarto, Ciudad Encantada.

El Valladolid, que se refundó a principios de los 90 tras la desaparición del Michelin, se había convertido en la última década en el quinto en discordia de la Liga Asobal, tras los poderosos Barcelona y Ciudad Real, Portland y Ademar León. Juan Carlos Pastor (esta es su 18ª temporada en el banquillo) ha sacado un gran rendimiento a las sucesivas plantillas con las que ha contado, pero el ciclo parece a punto de acabar, y además de modo traumático.

La crisis económica le obligó a dejar ir a sus mejores jugadores el pasado verano (Sierra, Gurbindo, Romero, Cutura, Nikcevic, Joli, Tokic y Asier Antonio), a rebajar su presupuesto en un tercio, a optar por una plantilla con solo 8 jugadores profesionales, y a renunciar a participar en la Copa EHF. En esta situación, su objetivo ha pasado a ser la permanencia y, por lo visto hasta ahora, le va a costar muchísimo conseguirlo.

Esta misma semana su presidente, Dionisio Recio, se confesaba «agobiado» por la situación económica del club, y anunciaba que por ello no se presentará a la reelección, a principios de 2013.

Sin jugadores de referencia en su plantilla, salvo los veteranísimos Hernández y Avila (cerca de los 40 años ambos), y con el eibarrés Lamariano como portero titular, en estas primeras jornadas sus hombres más destacados han sido el joven pivote Gonzalo Porras (que ha jugado las dos últimas temporadas en el Barakaldo), y los zurdos Eilert y Víctor Alonso.

Anaitasuna no puede desaprovechar la oportunidad de sumar su primera victoria, y el propio Aitor Etxaburu recalcaba la progresión de su equipo y su buena disposición hasta ahora, aunque no se haya traducido en puntos. A partir de hoy hay que convertir esas sensaciones positivas en resultados favorables, y escalar en la tabla.