RUGIDOS ROJIBLANCOS
Un Athletic con inmejorable salud
Gontzal ASTORKI Autor del blog rojiblanco «Aquí hay zarpazo»
Si no fuese por la extraña concatenación de acontecimientos que han alumbrado un sainete de cuatro meses de duración, podría decirse que el Athletic es el espejo en el que debieran mirarse no ya los clubes que forman ese ente que urge desmantelar, la LFP, sino la gran mayoría de los europeos. Que una institución que ha jugado dos finales la pasada temporada se presente a fin de ejercicio sin deuda neta, es más que reseñable.
Porque por mucho que algunos se empeñen en continuar pintando el Club como una asociación de empleados desencantados a las órdenes de un capataz enajenado, todos ellos bajo la presidencia de un mudo y ante la cansada pasividad de los propietarios, la Asamblea General celebrada ayer fue un remanso de paz como no se recuerda por Bizkaia desde los años ochenta, cuando los periódicos prácticamente no sabían ni qué era un compromisario. Desde el mandato de Lertxundi, desde luego, no habrá nadie que pueda poner de ejemplo una reunión con total ausencia de crispación.
Los números presentados, mérito de la actual junta en alguna medida y de un buen contrato televisivo firmado in extremis por Fernando García Macua del que cabe sospechar que sin prisas hubiese sido bastante mejorable, se redondearon con los flujos de caja positivos que siempre vienen aparejados de los éxitos deportivos, incluso cuando sólo se consigue ser subcampeón.
Urrutia, que como todos los presidentes abrió la reunión con el clásico discurso institucional, fiel a su estilo y haciendo gala de su aburrida dialéctica, aunque con el peso que el euskera merece en una sociedad bilingüe, dio paso después a dos personas brillantes de su equipo, el secretario Javier Aldazabal, que conduce las reuniones con maestría y que combina el buen tono con explicaciones sobresalientes, tirando de acidez, ironía y contundencia cuando es necesario; y Alberto Uribe-Echevarría, el contador de la Junta, hombre del que ya se sabía que posee bagaje profesional sobrado para el puesto, pero que, además, lo condimenta con unas detalladas y comprensibles explicaciones, amén de una transparencia sobre partidas contables desconocida hasta ahora en el Athletic.
El resultado fue, como cabía esperar, un abrumador apoyo a unas cuentas en las que por primera vez se producía, además, un descenso de las cuotas para la próxima campaña al asumir la institución, incluso, el incremento del IVA. Las cuentas, que tampoco gozaban de salvedades por parte del auditor, sólo recibieron una petición de aclaración por parte de un socio. Algo insólito en el Athletic los últimos veinte años.
Para el próximo ejercicio, y vista la prudencia con la que ha actuado la Junta a la hora de elaborar el presupuesto, a nada que lo deportivo acompañe es fácil pensar que las cuentas vuelvan a dar superávit, lo que consolidaría al Athletic para a medio plazo ser, de nuevo, uno de los clubes con mayor potencial de la Liga.
Hubo más información, desde un detalle de lo que se ha realizado en Lezama -que son para la institución mucho más que un motivo de pelea entre un entrenador y un jefe de obra-, donde se han invertido más de tres millones de euros, pasando por los planes de un nuevo San Mamés que avanza a pasos agigantados para estar disponible en menos de un año -aunque puede que se deba jugar algún partido en el exilio- y con un ahorro acumulado a la fecha del 22,5%.
Se dieron, también, momentos para explicar que se es optimista para el cobro de los más de once millones que adeuda Mediapro, ese conglomerado del tal Roures, el que va cerrando o vendiendo medios a diario; que por Javi Martínez se recibió la cláusula íntegra; que se han adecuado los estatutos al decreto del Gobierno Vasco y que la comisión avanza en la redacción de una propuesta de unos nuevos; que las categorías están plagadas de niños vizcainos; que se está redactando un Plan Director de Lezama para volver a poner el fútbol de cantera rojiblanco donde se debe... En definitiva, un cúmulo de noticias, todas ellas positivas, que debieran devolver la tranquilidad y la esperanza a un entorno necesitado de mensajes optimistas.
El Athletic tiene vida, mucha y buena, goza de salud plena. En lo deportivo está en su mano, pese al mal comienzo, poder hacer una temporada aceptable; en lo económico la situación es inmejorable; y en lo social se respiró una paz en la Asamblea que debiera transmitirse a todos los estamentos.
Hoy, más que nunca, hay que recordar que en el estado de crispación que ha existido, además de errores por los silencios de la Junta, se han juntado los intereses de algunos futbolistas de pescar en un río revuelto por el chapoteo de sus amigos periodistas de fuera de Bilbao y la pataleta del principal grupo de comunicación de Bizkaia, molesto porque los socios ahora se enteran por el Club de las noticias cuando durante décadas han sido ellos, a través de su periódico, los que informaban de cuanto pasaba en el Athletic y marcaban su agenda. Que no nos engañen. Que los acontecimientos extraños que han ido sucediendo no impidan valorar en su justa medida lo que tenemos delante.