Antoine Sollacaro, de 63 años de edad, era uno de los más brillantes abogados penalistas de Corsica y murió acribillado a tiros cuando estaba al volante de su coche en una gasolinera en la que había parado para repostar.

Según el testimonio de una fuente cercana a la investigación, dos hombres que llegaron a bordo de una moto se detuvieron junto a su coche y uno de ellos abrió fuego. Diez casquillos de grueso calibre fueron hallados en el lugar del tiroteo, en la gasolinera de la route des Sanguinaires, donde residía, en el sur de Ajaccio, capital meridional de la isla mediterránea.

Cercano a los medios soberanistas corsos, el abogado dirigió hasta 2011 la defensa de Yvan Colonna, condenado a cadena perpetua tras ser acusado de la muerte en atentado, en 1998, del prefecto francés en Corsica Claude Erignac.

Sollacaro se retiró del equipo de defensores de Colonna tras el último proceso contra este militante independentista ante la Corte de Apelación de París.

«Un penalista excepcional»

Su colega parisino, Patrick Maisonneuve, señaló que Sollacaro «era un verdadero penalista, uno de los más incisivos y nunca se dejaba amilanar». En declaraciones a la agencia Sipa, Maisonneuve se declaró «aterrado» por la noticia.

Ambos defendieron al pastor de Cargèse durante el segundo proceso en su contra. «El asesinato de un abogado es un hecho excepcionalmente intolerable», señaló su colega. Ciertamente, se trata del primer atentado mortal contra un abogado en el Estado francés en los últimos 20 años. Philippe Dehapiot, quien formó parte igualmente de la defensa de Colonna, destacó como sus tres grandes cualidades «su humanismo, sus dotes para el litigio judicial y su capacidad de trabajo inmensa».

Familia Colonna

Contactada por Sipa, una hermana del condenado, Cristina Colonna, se limitó a señalar que «no quiero y no puedo hablar».

Su padre, Jean-Hugues Colonna, aseguró que no hay relación alguna entre este atentado y el affaire de su hijo.

Eric Barbolosi, abogado, entre otros, del dirigente soberanista Charles Pieri, señaló que «lo que ha ocurrido es gravísimo. No hay palabras». Barbolosi juzgó «extremadamente chocante» esta muerte en el clima actual en la isla mediterránea.

Desde comienzos de año, quince personas han muerto tiroteadas en Corsica en sucesos relacionados por la Policía con rivalidades mafiosas.